Cuatro colosos, cuatro puntos cardinales |
Era hora de empezar a hablar un poquito más en este Cuaderno de Viaje de destinos no europeos, después de unos meses dedicados a nuestro viejo continente. Y creo que hemos hablado poco de Egipto y convenía empezar con algo espectacular, el Templo de Abu Simbel. Para ir hasta este Templo de Ramsés II hay que llegar en avión hasta Assuán y luego si se quiere llegar hasta aquí tienes dos posibilidades el avión pequeño hasta un aeropuerto pequeñito o bien en autobús escoltado por la policía turística debido a los atentados que se han producido en Egipto contra los occidentales y de origen islamista radical. Pero como digo es un lugar excepcional por el templo en sí, pero también porque fue reconstruído y trasladado de lo que iba a ser una gran presa hasta un lugar a salvo del agua. El proceso duró varios años y fue posible gracias al apoyo de la comunidad internacional.
Equipado con gorra y pantalón corto |
El templo de Abu Simbel tiene un problema, especialmente en verano, y es su latitud sureña, cercana al Sudán y que le convierte en un calvario que tienes que soportar a 50º. Por ello dejan al grupo muy temprano, y como mucho a las 9 ya tienes que abandonarlo en busca del aire acondicionado del autobús de vuelta. Pero es impactante, especialmente los cuatro colosos de más de veinte metros que te dan la bienvenida al Templo. Cada uno de ellos es el Faraón en sí mismo con las coronas del Alto y Bajo Egipto, la famosa barba postiza y la serpiente uraeus en la frente, bajo sus pies los enémigos del Imperio. Pero si os fijais entre esos colosos también están unas figuras que son miembros de la familia real entre los cuales destacan las hijas y esposas, madre, y sus hijos Amenhirkhopshef y Riamsese. Otra "pequeña" escultura es la de Ra, con forma de gavilán junto a unos monos (vientidos exactamente). Hay una curiosidad del Templo de Abu Simbel que poca gente conoce y es que dos días al año, el 22 de febrero y el 22 de octubre, la inclinación de los rayos del sol entran hasta el interior, ello se debe a su orientación de la fachada al Este o al sol naciente, con lo que en el fondo su interpretación es que de esta manera Ramsés se identifica con los tres dioses Sol, Horakhty que es el del sol naciente, con Amón el sol de mediodía, y con el sol de poniente Ra.
Más información sobre el Templo de Abu Simbel:
Empieza el calor y nos vamos de Abu Simbel, los 50º son insoportables !! |
Comentarios
Que curioso lo que dice Merche, también fue nuestro primer viaje fuera de Europa, y desde luego, no lo hemos olvidado.
Saludos!
Roberto
Saludos