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Rota, la marinera

Azulejos de la ciudad que reflejan ese espíritu marinero de la villa de Rota

Rota está declarada conjunto histórico. Bañada por el océano Atlántico es una villa marinera. Por su situación entre la desembocadura del Guadalquivir y la entrada de la bahía de Cádiz, ha sido un lugar de paso de distintas culturas y civilizaciones. Aunque conocida por su base militar norteamericana, a la que Rafael Alberti le dedicó su famoso poema... 

¡Españoles, despertad!
¡Es Rota, la marinera
quien levanta la primera
llama de la Libertad!
Rafael Alberti

Rota tiene una población de treinta mil habitantes que se puede duplicar en época de vacaciones. El turismo y la pesca son sus fuentes de vida, pero es una ciudad agradable, de buen clima y con un importante patrimonio histórico. Pertenece a la mancomunidad de la Bahía de Cádiz y más concretamente a la comarca de la Costa Noroeste de Cádiz. En esta entrada les mostraré muchos de sus encantos.

Las playas

Sus arenas doradas van desde Los Galeones hasta La Ballena: 16 kilómetros de litoral atlántico
Paseo Marítimo: la playa de La Costilla, de unos 1.300 metros de largo y una anchura de 50 metros durante la marea baja, es una playa muy familiar y está pegada al casco histórico
En general su playas forman parte de los alicientes de la ciudad y de los que la visitan, pero hay más

Otras playas roteñas, además de La Costilla, son:
  • Punta Candor
  • Piedras Gordas
  • Peginas (nudista)
  • El Rompidillo (Chorrillo)
  • Puntalillo
  • La Ballena


Caminando por la calle Gravina, marino ilustre, te encuentras con el antiguo faro de Rota (1909) y la Puerta del Mar, o puerta del muelle, al final veis un arco de medio punto con dovelas de piedra 

Un poco de historia

La villa de Rota fue fundada por mercaderes fenicios. Aquí son famosos los «corrales», lugares donde aprovechando el flujo de las mareas y las pozas naturales, los roteños colocaban piedras para capturar los peces que entraban. El origen de esta técnica de pesca es incierta, no se sabe si ya los fenicios la utilizaban o fueron definitivamente los romanos, siguiente pueblo que visitó estas costas, el que lo desarrolló. Otra relación con la pesca en Rota fueron las almadrabas, pero estas se empezaron a utilizar con Sancho IV, ya en el siglo XIII.

La Rabita Ruta musulmana quedó después como Rotta y finalmente Rota. Los musulmanes levantaron una fortaleza para defenderse de los normandos. A pesar de sus defensas fue saqueada por los cruzados frisones que se dirigían a Tierra Santa. ​En 1248, Fernando III el Santo toma Sevilla y con ella su zona se somete, especialmente después de la toma de Jerez en 1264. El rey Fernando IV de Castilla concedió a Guzmán el Bueno las tierras entre los ríos Guadalete y Guadalquivir, que es la época de la construcción del castillo de Luna, del que luego hablaremos.

Mirador de las Almenas con vistas al puerto pesquero

Patrimonio arquitectónico de Rota

Castillo de la Luna, del siglo XIII construido por Guzmán el Bueno; fue también residencia de los Ponce de León y los Reyes Católicos residieron en él un tiempo (su perfil está en el escudo de la ciudad)



Junto al Mercado está la Torre de la Merced, del siglo XVII y de planta cuadrada. La parte superior, como veis en la fotografía que tomé, está rematada en forma de semi-esfera, recubierta de azulejos blancos y azules. Es lo que queda del antiguo convento de la Merced.

Interior del mercado hoy en día que combina la venta de productos locales con la gastronomía; en la parte trasera hay unos restos arqueológicos romanos

La «iglesia de la O», o como su nombre completo, Iglesia Mayor Parroquial de Nuestra Señora de la O de Rota, data del siglo XVI (1537), construido bajo el patronazgo de Rodrigo Ponce de León, Duque de Arcos y señor de Rota, y es el monumento más importante de Rota, junto con el castillo, se construyó en un estilo gótico-renacentista aunque, con decoración posterior barroca. La torre, con el cuerpo de campanas, obra del siglo XVII, fue reconstruida un siglo después. Abajo algunas fotos de su sobria fachada en contraposición con su interior, totalmente decorado.




Una vez entras en la iglesia te das cuenta de la belleza de las cinco capillas, tres en el lado izquierdo y dos en el derecho:  capilla del Bautismo, capilla del Sagrario o de San Francisco, capilla de Nuestra Señora del Carmen, capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno y capilla de Nuestra Señora del Rosario.


Azulejerías de Triana del siglo XVIII

Abajo la Capilla de San Roque del siglo XVII, antiguamente estaba a las afueras pero ahora ha quedado integrada en la ciudad. Consta de tres naves separadas por columnas bajas y gruesas, siendo la nave central más larga que las laterales. Aquí se conserva la imagen del Cristo de la Veracruz de gran valor artístico y un poco posterior, del siglo XVIII.



Abajo podemos ver el retablo impresionante de la Capilla de la Caridad del siglo XVIII, en la céntrica plaza de Andalucía, aunque en verdad su nombre es capilla de San Juan Bautista. Es muy venerada en Rota porque alberga la imagen de Jesús de la Salud o de las Tres Caídas. Merece la pena visitarla porque su interior es precioso, de estilo plateresco. El retablo principal es una maravilla, presidido por Ntra. Señora de los Dolores con el cuerpo muerto de Cristo.con planta de cruz latina, es el monumento barroco en Rota por excelencia. Estuvo cerrada durante tiempo pero hace unos años fue restaurada con la limpieza a fondo del retablo. Contiene una espadaña añadida a finales del siglo XIX.


Rota es, además, la cuna de un singular marinero llamado Bartolomé Pérez, que acompañó a Colón como tripulante de la carabela La Niña en el primer viaje. Y como piloto, en el segundo, de la carabela San Juan.


«Monumento a la Libertad», en el espigón de la playa de la Costilla de Rota a las víctimas de la guerra civil y del franquismo; el autor de la escultura es Ángel Pantoja Carrasco

Callejeando
 por Rota se descubre la esencia de sus calles estrechas y las fachadas blancas...



Poesía de Luís García Montero dedicada a Rota, donde tiene casa y aquí pasó muchos veranos con Almudena Grandes, tristemente fallecida



Por último, un toque curioso, dentro de las calles de Rota hay un lugar especial, hablamos del entorno de las calles Pérez de Bedoya y Luis Vázquez y el callejón del Castillo. ¿Por qué? Porque como veis abajo en las fotos hay macetas con rostros, pero no cualquier rostro, son macetas con las caras de algunos de sus vecinos. Primero un señor colocó la del rostro de su padre para homenajearlo y se extendió la idea. El autor es el artista local Julio Malido.



Y con estos paisanos roteños convertidos en flores, les dejo, espero les haya gustado.

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