El bosque Magallánico

Bahía Onelli

Hoy les traigo a este Cuaderno de Viaje el recuerdo de un paisaje inolvidable, mágico, es el del bosque Magallánico. Este bosque es un paisaje típico de la Patagonia, aunque mejor sería decir un "subtipo", si somos más científicos, del que en general se denomina bosque andino patagónico o selva fría Valdiviense; este bosque andino es una comunidad vegetal que abarca tanto las regiones montañosas del sur de Chile como del sudoeste de la Argentina. El clima es húmedo, causado por la entrada de masas de aire húmedo desde el Océano Pacífico, que van perdiendo en gran parte su humedad al precipitar cuando estas masas chocan con la cordillera de los Andes. Tiene mucha mayor extensión en el territorio chileno, donde se extiende desde los 35° Sur; en la Argentina comienza, intermitentemente, a los 37° Sur, siendo casi continuo a partir de los 39° Sur. Aunque en mi caso pude contemplar este paisaje en la República de la Argentina, y de allí son las fotos que acompañan este post, en concreto de la provincia de Santa Cruz, aunque también se da en Tierra del Fuego, y en Chile al sur de la Península de Taitao.

El clima es muy extremo, muy frío y con vientos muy fuertes. La especie que predomina es la lenga y el guindo o coihue de Magallanes. La altura máxima de los bosques es moderada, y el sotobosque es escaso. Las zonas bajas e inundables desarrollan acumulaciones de musgos, que al no sufrir procesos de putrefacción devienen con el paso de los siglos en enormes turberas. Sus costas marinas, especialmente las expuestas a los fortísimos vientos del oeste, no logran ser colonizadas por especies arbóreas, quedando como eriales o pastizales de aspecto estepario, a pesar de ser una de las zonas más húmedas del planeta.

 

En la foto de arriba se aprecia un pájaro carpintero, que es característica de la especies del bosque magallánico. Los bosques andino patagónicos tienen una fauna relativamente diferenciada de las regiones que la circundan, pero sumamente homogénea. Entre los felinos, destaca el puma, el gato montés y la huiña. Existen también dos especies de zorros. Entre los cérvidos están el huemul y el pudú, uno de los ciervos más pequeños del mundo. En los claros del bosque habita el guanaco, del que hablaremos otro día que le dediquemos a El Calafate. Varias especies de ratones habitan el sotobosque, junto con el pequeño marsupial conocido como "monito del monte". La población de aves no es especialmente rica; en la alta montaña, el cóndor, que se aprecia bien cuando nos adentramos en el Parque Nacional de los Glaciares y en el Perito Moreno, el condor es la mayor de las aves voladoras, y comparte el bosque con varias especies de águilas y gavilanes. En los lagos y bañados abundan las bandurrias, las gaviotas y los cauquenes, variedades de gansos sudamericanos. Estos bosques tienen una baja población de pájaros, entre los que destaca el sonoro canto del chucao. Entre las especies introducidas por el hombre se desataca el ciervo colorado, el ciervo axis, el jabalí, la liebre, el conejo, y en Tierra del Fuego, el visón y el castor. Estas especies resultan especialmente dañinas como depredadoras o competidoras de las autóctonas; el caso del castor es espectacularmente grave, ya que sus conocidos diques destruyen la vegetación de los valles en proporciones alarmantes. Toda esta información la hemos obtenido de Wikipedia.

 

Abajo hay una colección de fotos que tomé en el paseo. Puedes ampliarlas pulsando sobre ellas. Las formas retorcidas y endémicas de los árboles crean figuras extrañas.