Seguimos este mes en Cuaderno de Viaje con recomendaciones gastronómicas. Hoy toca Barcelona, una de mis ciudades mediterráneas preferidas. Dicen que elegir siempre es difícil y no cabe duda que elegir un restaurante en Barcelona es difícil. Yo, en un fino ejercicio, al final me quedaría con tres muy particulares, el tradicional, casi histórico, casi museo, Can Culleretes, cerca de la calle Fernando, y luego dos restaurantes de la misma familia, primos, que son el 7 Portes en Plaza Palacio y por supuesto el que al final he decidido elegir, el Senyor de Parellada. Este último mezcla la tradición de los anteriores con un toque de modernismo, con el atractivo de su entorno, en la calle Platería, en medio del Born, muy próximo a la mítica Iglesia de Santa Maria del Mar. Al principio del siglo XX era una fonda, una casa de comidas con habitaciones, donde paraban los viajantes de la época. Según se desprende de un cartel antiguo que luce en la entrada, lo mismo les gestionaban un pasaje a las Américas que les procuraban una encuentro con las profesionales del sexo de la calle Avinyó que inspiraron a Picasso sus Señoritas de Aviñon. Hoy es el restaurante del fino hotel Banys Orientals, pero todavía conserva un poco ese aire de fonda, con el comedor instalado en un gran patio interior y lámparas de época sobre las apretadas mesas. Realmente es un lugar habitual, junto con los otros dos: un pica pica en Can Culleretes o un buen arroz negro en 7 Portes, debe culminar con una velada romántica en el Senyor de Parelladas. Yo recomiendo en vinos empezar con un Cava de la casa, y a continuación pasar a algún Montsant (o si no rasca la cartera, un Priorato). Para comer hay muchas cosas que probar, desde los canelones, reivindicación catalana de la cocina mediterránea (no italiana), un bacalao llauna o bien en esqueixada con fricandó, o si lo prefiere en carnes, una pierna de cordero con ajos o un rabo de toro sensacional. Si se puede, no siempre, hay que terminar con un flan de mató, una crema catalana y unos carquinyolis a la antigua, acompañado de un anís badalonés, como le gustaba a Josep Pla, cliente ilustre e ilustrado de la Fonda.
Las fotos son de la web del restaurante.
Una postal con el Senyor Parellada |
Aquí teneis un vídeo por si os quedó corto el post, también en este blog teneis más información.
Comentarios
Y lo dice un barcelonés que sabe de lo que habla.