|
De Tebas a San Petersburgo, las esfinges egipcias del río Nevá |
En este "Cuaderno de Viaje" solo había hablado de San Petersburgo en una ocasión, cuando el monográfico de Museos y pusimos un relatito sobre el
Ermitage. Hoy quería centrarme en un aspecto interesante de esta gran ciudad de Rusia, su relación con el río que la ha visto crecer (que conste que no conozco, de momento, Moscú y no puedo comparar). San Petersburgo, como casi todas las ciudades junto a un río, están fuertemente asociadas a las construcciones a ambas orillas. San Petersburgo es una ciudad nueva, la más nueva de las grandes ciudades europeas, es una jovencita si la comparamos con Viena, París, Roma, Atenas,... fundada en 1703 por Pedro el Grande. El río Nevá (Река Нева) que es como se llama el río de San Petersburgo, es un río del noroeste de Rusia, de 74 km de longitud y que va desde el lago Ladoga (Ладожское Озеро) pasando por el istmo de Carelia a través de la parte occidental de la provincia (óblast) de Leningrado, la ciudad de San Petersburgo y finalmente desemboca en el golfo de Finlandia. El río Neva con sus canales, riberas y embarcaderos forma parte, del catálogo de lugares Patrimonio de la Humanidad. Es el tercer río más caudaloso de Europa, tras el Volga y el Danubio. Casi ochenta kilómetros de los cuales veintiocho se encuentran dentro de los límites de la ciudad de San Petersburgo.
|
Los novios estrellan las copas junto al puente de las esfinges en el río Nevá |
A propósito de la foto inicial he de deciros que mi primera imágen de San Petersburgo fue el de numerosos novios y novias junto a este puente de las esfinges, frente a la Academia de Bellas Artes. Se cree que estas esfinges tienen una edad de más de tres mil años, están talladas en sienita y con cuerpo de león, para glorificar al faraón Amenhotep III. En la primavera de 1832, por deseo de Nicolás I, fueron trasladadas desde orillas del Nilo a San Petersburgo, y se conviertieron en uno de los símbolos de San Petersburgo. Es habitual, en verano, ver a numerosas parejas que brindan con champán junto a las esculturas egipcias y luego estrellan la copa sobre el basamento de granito y la tiran al mar. Costumbres de esas que nadie se resiste a no hacer. Junto al río Nevá, están, claro está, sus puentes. La ciudad tiene 242 puentes y posee más de 70 canales y ríos más unas 40 islas. ¿...! Algunos de los puentes son fijos y otros levadizos, que se levantan y dejan pasar barcos, un espectáculo que disfrutan los turistas las noches de verano.
|
Antes glorificaban a Amenhotep III ahora sirven de buena suerte a las novias de San Petersburgo |
Cada noche se abren los puentes de San Petersburgo, quedando la ciudad dividida, para dar paso a los buques más grandes. Realmente San Petersburgo siempre ha estado vinculada al río Nevá y sobre todo a la posibilidad de Rusia de tener un puerto potente junto al Mar Báltico, que les costó, a propósito, numerosos conflictos bélicos con los suecos, antiguos propietarios del delta del río Nevá. El paisaje ribereño del río en la ciudad, y de sus canales es precioso, es bonito verlos en verano donde las noches son muy blancas y apenas se pone unas horas la oscuridad. Cuando se fundó San Petersburgo, la ciudad ha sido capital del imperio por momentos y casi siempre residencia de verano de los zares. Luego en tiempo de la URSS pasó a denominarse Leningrado pero nada más caer el sistema comunista volvió a su originario nombre.
|
Río Nevá en 1753 |
|
En esta foto, que es de ©Wikipedia se observa la panorámica del río Neva a su paso por San Petersburgo |
|
Fortaleza de San Pedro y San Pablro |
Aquí os dejo algunas fotos hechas desde una y otra ribera del río Nevá. Arriba, por ejemplo, San Pedro y San Pablo, fortaleza y catedral, nada menos que la primera edificación que mandó construir Pedro el Grande y con la dificultad de ser la zona una pequeña isla pantanosa del delta del Nevá. Es una de las fortificaciones militares del siglo XVIII mejor conservadas de Europa. La fortaleza, inicialmente llamada San Petersburgo, fue la que dio su nombre a la ciudad. En la catedral, se distingue por el dorado en la foto, está el Panteón de la familia imperial de la dinastía de los Romanov. Después de la caída del comunismo, en 1998, se enterraron en la catedral los restos del último zar Nicolás II con su familia, todos fusilados en Ekaterinburgo en julio del 1918.
|
Columna de Alejandro (a la derecha) |
Otro color que sobresale en las orillas del río Nevá es el verde de la mayor pinacoteca rusa, quizás del Mundo, el
Ermitage. Junto al verde el rojo de la Columna de Alejandro, casi cincuenta metros de altura de granito rojo, visible desde cualquier parte del río, coronada con una estatua de un ángel con una cruz, obra del escultor ruso Boris Orlovskii.
|
A lado y lado del río Nevá se levantan palacios del esplendor de San Petersburgo en el siglo XVIII |
Claro está que además de poder ver San Petersburgo desde las orillas del río Nevá, pueden ser protagonistas de una excursión en barquito. Hay opciones de todos los precios, de todas las trayectorias posibles, baratas, caras, lujosas, con champán, con caviar, o con el bocadillo a cuestas. Junto al Museo Ermitage hay embarcaderos, pero en general por las dos orillas hay barquitos para darse el paseíto.
Comentarios
Saludos
Saludos viajeros