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La parrilla de San Lorenzo (foto antigua) |
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Si tuviera que elegir un restaurante castellano elegiría este, sin duda: La Parrilla de San Lorenzo, en Valladolid. La primera vez que comí en este sitio fue en el año 1997 con motivo de una exposición de sellos, hay por ahí abajo fotos de esa época, luego volví en el 2000 a Valladolid y repetí en el restaurante (foto de arriba). Para mí es uno de los grandes sitios donde comer en toda Castilla y León. Está ubicado en los bajos del Monasterio de Monjas Recoletas, monumento nacional.
En La Parrilla de San Lorenzo es verdad que te encuentras muy a gusto, dentro de un entorno "artístico", como trasladarte siglos atrás a esa Castilla vieja. Hay por todos lados obras de arte, objetos de valor y piezas antiguas, que convierten la experiencia de comer y compartir la mesa, en un acto altamente gratificante. Hay en el restaurante una selección de cuadros, tallas... No se puede decir que la cocina de La Parrilla sea de una escuela concreta, de una moda, o como se dice ahora por los más pijos, de una "filosofía culinaria". Hay de todo, como en botica, y lo mismo tienes cocina tradicional que las últimas propuestas más chic.
El restaurante que hoy traemos a este mes culinario del
blog se encuentra en el centro de Valladolid, muy cerquita de la Plaza Mayor, una zona típica palaciega con grandes casonas y ambiente medieval. El edificio está ubicado, como hemos dicho anteriormente, en los bajos de la Parroquia de San Lorenzo, que es un edificio gótico construido sobre la antigua ermita de San Lorenzo a principios del siglo XVI por el conde D. Pedro Niño, y donde se encuentra la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid. Para acceder al restaurante tienes que bajar por unas escaleras que llevan a distintas galerías subterráneas, donde hay comedores, mucho y de diferentes formas, parece estar comiendo en los bajos de un castillo.
Tiene, quizás ese sea su secreto, los mejores productos de la zona: el Lechazo del Esgueva, el Cochinillo del Páramo, los Cabritos de la zamorana Sierra de la Culebra o de los Chuletones de Avila o Sanabria. ¡Vaya tela! Con esa materia prima es difícil fallar. En los postres se logra una afortunada mezcla entre la artesanía de las religiosas que habitaban en el edificio y la pastelería propio de la casa. Aunque yo no soy de postres, se recomienda la tarta de las monjas con natillas y chocolate caliente. Como ves en la foto de abajo, los vinos tienen sitio y tratamiento especial y no hay denominación de origen que no tengan una muy buena selección.
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¿el mayor tesoro de La Parrilla? |
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Una foto en la Enoteca en 1997 con un grupo de amigos ¡ya ha llovido desde entonces! |
El precio medio de la carta está entre los casi treinta y los casi cuarenta euros, es caro, pero no se trata de ir todos los días (precio 2011). Es para una fiesta o un lujo para el cuerpo, que todo no va a ser trabajar. Tiene capacidad para hasta 200 personas en sus diferentes salones.
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Horarios: 13.45 a 16.00 y de las 21.00 a las 24.00 horas.
- Días de descanso los domingos por la noche
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Fotos de la web del restaurante. |
Comentarios
y bueno, hay algún error histórico-arquitectónico en la entrada pero hasta te los perdono.
un saludo.
desde la mismísima plaza mayor de fachadolid.
Saludos
Estupenda reseña, Paco.
Un abrazo, ciudadano viajero.
Saludos
Gracias por compartir,
Un saludo.
Alfonso - The World Thry My Eyes -
www.thewotme.com