Il presepe napoletano

Los famosos belenes napolitanos

Acabamos de llegar de Nápoles donde hemos optado por un viaje rápido de cuatro días con Nochebuena y Navidad por medio. Independientemente de prestarle su atención precisa a la ciudad de Nápoles, llena de contrastes y de mucho que ver y que sentir, vamos a dedicar un primer post a su afición del momento, los belenes. No lo sabíamos pero nos vimos inmerso en uno de los mercados navideños en la calle, en las calles, más importante de la Europa "católica". En Nápoles, la capital de la Campania, esta costumbre es, si cabe, más importante. Merece la pena dejarse llevar por la Via Benedetto Croce o Tribunali, los aledaños de las iglesias de Santa Clara o de San Lorenzo, sin olvidar el magnífico Duomo de Nápoles.

Cualquier iglesia muestra su tesoro de figuras dieciochescas

Que conste que no soy creyente, pero me pareció fascinante el mundo de las figuritas y todo lo que ello conlleva en los puestos, tenderetes y tiendas de antiguedades. El origen del Belén es muy antiguo como costumbre entre los católicos, nada menos que al siglo V, cuando se instaló en una gruta artificial una cuna supuestamente realizada con madera del pesebre de Belén, recibiendo la iglesia que la albergó el nombre de Santa Maria ad Praesepis. Eso dice al menos la web de nuestro Museo Nacional de Cerámica. Sin embargo, la tradición considera a San Francisco como el auténtico precursor de esta costumbre al celebrar en la noche de Navidad una misa en una cueva de Greccio (región de Toscana), durante la cual se figuró el Nacimiento. En el Siglo XIV el arzobispo de Amalfi, Arnoldo di Cambio, presentó la escena del pesebre con figuras de tamaño natural. A partir de este momento, surgió la costumbre de instalar esta escena en las iglesias, completándose progresivamente con otras figuras: el anuncio de los pastores, la adoración de los Reyes Magos,...

 

El Belén napolitano es especial. La escenificación y configuración plástica del Nacimiento alcanzó en el Reino de las Dos Sicilias un periodo de esplendor en la segunda mitad del Siglo XVIII, desbordando el ámbito religioso para pasar a la Corte, la nobleza y alta burguesía y finalmente a ambientes populares. La tradición de los presepi fue impulsada primero por los diferentes virreyes de Nápoles. Especial relevancia tuvo el papel de Carlos III, fundador de la Fábrica de porcelana de Capodimonte, que mandó realizar figuras para el Belén privado de palacio. Los Belenes napolitanos se caracterizan por su espectacular escenografía y por la profusión de figuras que incluyen escenas y tipos populares de gran realismo y expresividad. La escena del Nacimiento se ve rodeada de escenas de mercado, del mundo de los pastores, de los vendedores ambulantes, de los gremios, de músicos y danzantes, ofreciendo una gran riqueza iconográfica de indudable interés etnológico. Las figuras, de unos 30 a 35 cm, tamaño que permitía manejarlas con cierta facilidad, eran móviles, constituidas de un armazón de alambre recubierto de estopa, con las extremidades talladas en madera y la cabeza modelada en terracota. Los artistas, que se han podido identificar en ocasiones, modelaban el conjunto de cabeza, cuello y pecho (testinas) y a veces el cuerpo entero (academias). Si quereis más información de los belenes napolitanos teneis aquí en esta web más información, yo tan solo me despido hasta el año que viene y os deseo una muy Feliz entrada del nuevo año, en la que podamos seguir con nuestros viajes y nuestras cosas, pero sobre todo que podamos ser moderadamente felices.

Buone Feste

... y como siempre muchas fotos para terminar de belenes napolitanos ¡de Nápoles!