El Castillo de Coca es uno de los monumentos más típicos de la zona de Castilla y León. Es un castillo de película, de esos que siempre hemos jugado cuando chicos. Es una de las joyas mudejar más importantes del Mundo. Y está muy poco visitado en general, sobre todo en invierno. Es grandioso y a la vez es "estético", con perdón de la palabra. Quiero decir que es un castillo de grandes proporciones en ladrillo pero que mantiene una belleza singular, además de su interior que es digno de visitar. Está un poco alejado de las autovías, tienes que desviarte algo, pero merece la pena. Está en la provincia de Segovia, al Sur de Valladolid. La villa perteneció a la Corona de Castilla hasta que en 1439 fue cedida a Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, y posteriormente pasó a manos de Alonso de Fonseca, obispo de Ávila y arzobispo de Sevilla.
Parece que hay que remontarse al año 1453 donde el citado don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla recibe permiso del rey don Juan II de Castilla para una construcción militar en la Villa de Coca.
Los primeros vestigios de la presencia humana en el solar caucense se remontan al Bronce Antiguo (1800-1600), en el segundo milenio a.C. Son varias puntas de flecha que ponen en relación esta presencia con otros hallazgos campaniformes de los alrededores. No sería un establecimiento permanente sino itinerante. Podría ser un núcleo estable organizado y jerarquizado de población en la Primera Edad del Hierro (800-500 a. C.) siendo sus principales actividades económicas la agricultura cerealista y la ganadería. En la Segunda Edad del Hierro, a partir del 500 a. C., la ciudad de Cauca de los textos clásicos, es una de las ciudades más prósperas del valle del Duero. Tiene entre 6 y 8 mil habitantes, un urbanismo plenamente desarrollado, unos órganos de gobierno independientes, y una economía diversificada (incluyendo el comercio). Es, como el resto de ciudades vacceas, una ciudad-estado dirigida por una aristocracia guerrera, muy potente política y militarmente y, gracias a su particular situación estratégica, fácilmente defendible al encontrarse entre los profundos tajos de los ríos Eresma y Voltoya. Completa esta defensa natural con una potente muralla como señalan los autores latinos. Roma logra doblegar su resistencia en el año 151 a. C. sólo por medio de un cruel engaño, narrado por Apiano, quien eleva la cifra de sus habitantes a 20.000. Poco después, en el 134 a. C., Escipión, de paso hacia Numancia, permite repoblar de nuevo la ciudad. Nuevamente destruida en las Guerras Sertorianas (74 a. C.) logra rehacerse económicamente en los siglos posteriores. El Bronce de Montealegre de Campos constata cómo Cauca en el siglo II ya gozaba del privilegio de ser municipium romano. Durante los siglos IV y V, Cauca tendrá una notable importancia en el contexto de Hispania. Numerosas villas romanas en sus alrededores atestiguan la existencia de una rica economía agrícola. Es ahora cuando aparece aquí asentada una rica aristocracia romana que llegará a regir los destinos del imperio en su tramo final: Teodosio el Grande es el reflejo del dominio en Roma de este clan hispano. Tras el asentamiento visigodo en la ciudad, pocas noticias existen de Coca. Perteneció, más tarde, tanto a musulmanes como a cristianos, fue conquistada por Almanzor y posteriormente por Alfonso VI en 1086. En estas fechas se funda la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, de la que dependerán 17 aldeas repobladoras y se rodea la ciudad de una extensa muralla.
Los primeros vestigios de la presencia humana en el solar caucense se remontan al Bronce Antiguo (1800-1600), en el segundo milenio a.C. Son varias puntas de flecha que ponen en relación esta presencia con otros hallazgos campaniformes de los alrededores. No sería un establecimiento permanente sino itinerante. Podría ser un núcleo estable organizado y jerarquizado de población en la Primera Edad del Hierro (800-500 a. C.) siendo sus principales actividades económicas la agricultura cerealista y la ganadería. En la Segunda Edad del Hierro, a partir del 500 a. C., la ciudad de Cauca de los textos clásicos, es una de las ciudades más prósperas del valle del Duero. Tiene entre 6 y 8 mil habitantes, un urbanismo plenamente desarrollado, unos órganos de gobierno independientes, y una economía diversificada (incluyendo el comercio). Es, como el resto de ciudades vacceas, una ciudad-estado dirigida por una aristocracia guerrera, muy potente política y militarmente y, gracias a su particular situación estratégica, fácilmente defendible al encontrarse entre los profundos tajos de los ríos Eresma y Voltoya. Completa esta defensa natural con una potente muralla como señalan los autores latinos. Roma logra doblegar su resistencia en el año 151 a. C. sólo por medio de un cruel engaño, narrado por Apiano, quien eleva la cifra de sus habitantes a 20.000. Poco después, en el 134 a. C., Escipión, de paso hacia Numancia, permite repoblar de nuevo la ciudad. Nuevamente destruida en las Guerras Sertorianas (74 a. C.) logra rehacerse económicamente en los siglos posteriores. El Bronce de Montealegre de Campos constata cómo Cauca en el siglo II ya gozaba del privilegio de ser municipium romano. Durante los siglos IV y V, Cauca tendrá una notable importancia en el contexto de Hispania. Numerosas villas romanas en sus alrededores atestiguan la existencia de una rica economía agrícola. Es ahora cuando aparece aquí asentada una rica aristocracia romana que llegará a regir los destinos del imperio en su tramo final: Teodosio el Grande es el reflejo del dominio en Roma de este clan hispano. Tras el asentamiento visigodo en la ciudad, pocas noticias existen de Coca. Perteneció, más tarde, tanto a musulmanes como a cristianos, fue conquistada por Almanzor y posteriormente por Alfonso VI en 1086. En estas fechas se funda la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, de la que dependerán 17 aldeas repobladoras y se rodea la ciudad de una extensa muralla.
Iglesia de Santa María la Mayor y vista del foso del Castillo |
Fueron al menos, 8 iglesias las que tuvo Coca y sólo la de Santa María se conserva completa. En ella, se rinde culto actualmente. Hacia 1520 finalizaron sus obras, asentada sobre los cimientos de una iglesia románica del siglo XII, la zona baja de la torre está hecha de mampostería, su parte central es completamente de ladrillo y del siglo XVI, la parte superior, tiene un reloj de 4 esferas, el cual es un añadido de principios del siglo XX.
El cuerpo de la nave tiene forma de cruz latina y su muro está realizado en ladrillo. Los contrafuertes, las columnas interiores, los nervios de la bóveda y las ventanas son de piedra caliza. La bóveda interior es de estilo gótico, con 5 tramos, pudiéndose observar las nerviaciones cuyos remates obedecen a soluciones necesariamente estructurales, también realizadas en piedra caliza.
El retablo mayor de orden corintio, con corte clásico preside el templo.
Las obras que podríamos definir de mayor importancia artística son los sepulcros de la familia Fonseca, realizados en mármol de carrara por Doménico Fancelli y Bartolomé Ordóñez. Mirando frontalmente al altar mayor situamos en el lado izquierdo el sepulcro de don Fernando de Fonseca y doña Teresa de Ayala. En el lado derecho, don Alonso de Fonseca y su madre, doña María de Avellaneda. Al dirigirnos hacia el altar mayor, a la izquierda el sepulcro corresponde a don Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla y a la derecha don Juan Rodríguez de Fonseca obispo de Burgos. Nos queda finalmente una sencilla sepultura en el mismo crucero, la de don Antonio de Fonseca, contador mayor de castilla (Fuente: Web Descubre Coca).
La Villa de Coca desde el Castillo |
Los primeros vestigios de la presencia humana en el solar caucense se remontan al Bronce Antiguo (1800-1600), en el segundo milenio a.C. Son varias puntas de flecha que ponen en relación esta presencia con otros hallazgos campaniformes de los alrededores. No sería un establecimiento permanente sino itinerante. Podría ser un núcleo estable organizado y jerarquizado de población en la Primera Edad del Hierro (800-500 a. C.) siendo sus principales actividades económicas la agricultura cerealista y la ganadería.
[editar]Historia Antigua
En la Segunda Edad del Hierro, a partir del 500 a.C., la ciudad de Cauca de los textos clásicos, es una de las ciudades más prósperas del valle del Duero. Tiene entre 6 y 8 mil habitantes, un urbanismo plenamente desarrollado, unos órganos de gobierno independientes, y una economía diversificada (incluyendo el comercio). Es, como el resto de ciudades vacceas, una ciudad-estado dirigida por una aristocracia guerrera, muy potente política y militarmente y, gracias a su particular situación estratégica, fácilmente defendible al encontrarse entre los profundos tajos de los ríos Eresma y Voltoya. Completa esta defensa natural con una potente muralla como señalan los autores latinos.
Roma logra doblegar su resistencia en el año 151 a.C. sólo por medio de un cruel engaño, narrado por Apiano, quien eleva la cifra de sus habitantes a 20.000. Poco después, en el 134 a.C., Escipión, de paso hacia Numancia, permite repoblar de nuevo la ciudad. Nuevamente destruida en las Guerras Sertorianas (74 a.C.) logra rehacerse económicamente en los siglos posteriores.
El Bronce de Montealegre de Campos constata cómo Cauca en el siglo II ya gozaba del privilegio de ser municipium romano. Durante los siglos IV y V, Cauca tendrá una notable importancia en el contexto de Hispania.
Numerosas villas romanas en sus alrededores atestiguan la existencia de una rica economía agrícola. Es ahora cuando aparece aquí asentada una rica aristocracia romana que llegará a regir los destinos del imperio en su tramo final: Teodosio el Grande es el reflejo del dominio en Roma de este clan hispano.
[editar]Edades Media y Moderna
Tras el asentamiento visigodo en la ciudad, pocas noticias existen de Coca. Perteneció, más tarde, tanto a musulmanes como a cristianos, fue conquistada por Almanzor y posteriormente por Alfonso VI en 1086. En estas fechas se funda la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, de la que dependerán 17 aldeas repobladoras y se rodea la ciudad de una extensa muralla.
Murallas de la Villa de Coca |
Hoy día solo quedan unos doscientos metros de lo que erán kilómetros que rodeaban la ciudad y que tenían su origen en una antigua muralla de origen celtibérico y romano de Cauca (Coca). |
El proyecto fue ejecutado por un hispano-musulman, el maestro Alí Caro entre los años 1473 y 1496. Al menos esta fecha puede considerarse como el inicio de la fase central del Castillo. Su sobrino, Alonso de Fonseca y Acevedo, fue quien lo convirtió en residencia señorial, donde se deció a pasarlo bien de "guateque en guateque", jajajaja... En serio, aquí se celebraron grandes fiestas que eran frecuentadas por diferentes personalidades, entre las que destaca el cardenal francés Jean Jouffroi, que llegó a Castilla con la propuesta de matrimonio entre la infanta Isabel (después reina) con el duque de Berry de Guyena, hermano de Luis XI de Francia, que como sabemos se llevó calabazas por la opción aragonesa de Fernando. También visitó el castillo Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya.
En 1504 pasó a ser propiedad de Antonio de Fonseca, que amplió los elementos defensivos del castillo, que más tarde tuvo que defenderse del infortunado ataque del marqués del Cenete, quien pretendía rescatar a su prometida, María de Fonseca, que estaba retenida por su tío. En 1521 fue atacado por las tropas comuneras en represalia por el incendio de Medina del Campo llevado a cabo por el propio Antonio de Fonseca; al no conseguir acceder al castillo, destruyeron la cercana fortaleza de Alaejos.
San Nicolás, en primer plano, es una de las iglesias más antiguas de Coca, el primer dato documental conocido es de 1247. De ella sólo queda en pie una esbelta torre. Muy poco se sabe del trazado de su planta y de las características del alzado. En 1715 ya no poseía feligreses, aunque seguía manteniéndose como ermita rural. A finales del siglo XVIII queda completamente en ruinas y actualmente forman un pequeño túmulo en torno a la torre.
La torre está construida en mampostería y ladrillo, ha conservado parte del enfoscado renovándose continuamente. Es un ejemplo más de arte mudéjar en Coca. Fechada a finales del siglo XII, se levantó muy poco tiempo después de que en Coca se asentaran contingentes mudéjares. La torre es una imitación de los minaretes islámicos, primando la austeridad de sus líneas.
Su planta, cuadrada, la verticalidad de cada una de sus caras está recorrida por un machón que se estrecha en su parte más elevada. En la mitad inferior, se divisan cinco pisos de arquillos ciegos dobles, en número de tres a cada lado del machón, presentan el mismo esquema que se observa también en la mitad inferior de la torre de Santa María la Mayor. En la mitad superior, cuatro pisos de arquillos también dobles, en número de uno a cada lado del machón, están abiertos a fin de aligerar peso de la parte más alta.
Felipe Rodriguez Martínez, Cronista Oficial de Coca y su tierra
Hace no muchos años fué rehabilitada como mirador, en su interior se montó una estructura metálica con escaleras sustituyendo a las antiguas de madera que se encontraban en mal estado. La entrada de la torre se encuentra abierta para el público los lunes.
En el siglo XVII estuvo preso en el castillo Gaspar Pérez de Guzmán, duque de Medina-Sidonia, condenado tras ser acusado de proclamarse rey de Andalucía. Estuvo bien protegida cuando la Guerra de los Comuneros pero sin embargo no ocurrió lo mismo, más recientemente con la Guerra de la Independencia donde sufrió mucho daño por parte de los franceses. La propiedad del edificio pasó de los Fonseca a la Casa de Alba, quien en el siglo XIX expolió parte de su riqueza a través de la venta. En 1931 fue declarado Monumento Histórico Nacional y en 1954 fue cedido al Ministerio de Agricultura por 100 años menos 1 día, siendo restaurado entre 1956 y 1958 para albergar la Escuela de Capacitación Forestal. En 1994 fue escenario de uno de los capítulos del concurso televisivo de TVE titulado "La noche de los castillos".
Capilla con la Virgen
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Subimos a la torre por una escalera de caracol muy estrecha donde alcanzamos algunas salas donde nos llama la atención la policromía y los azulejos sevillanos y toledanos. Rodeando el patio de armas por el adarve del recinto superior llegamos a la Torre de Pedro Mata y luego ya descendiendo la llamada Sala de los Jarros con pinturas de jarros y flores y esas cosas. Es impresionante la acústica de la sala. Se pueden ver las mazmorras también del Castillo, son impresionantes, ¡de miedooooo! En definitiva si pasas cerca de la zona no dejes de visitar el Castillo, piensa que de la autovía de la Ruta de la Plata hay poca distancia y desde Madrid unos ciento treinta kilómetros.
Tabla flamenca en el Castillo de Coca |
¡Hasta la próxima..! |
+info...
- Abre de las 10.30h a las 13h y luego de 16.30h a 18h, que se alarga a las 19h en verano.
- Como es normal cierra en Navidad, Año Nuevo y Reyes, además de los primeros martes de mes.
- Tarifas: Entrada general: 2,70€; Excursiones concertadas, Agencias, Asociaciones, Colegios, con carta de presentación: 2€; Jubilados: 2€; Niños de 7/14 años acompañados por adultos: 2€
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Un saludo !!!