Los benedictinos de la abadía |
La abadía benedictina y el monasterio de Monte Oliveto Maggiore son unos de los tesores más escondidos de la Toscana, aparece en las guías, pero no en los circuitos habituales de los turistas: se encuentra en la provincia de Siena, muy cerquita de esta ciudad, concretamente pertenece a Asciano. Es la casa del Abad General de la Congregación benedictina de Monte Oliveto. Fue construida en el año 1319 (otras fuentes hablan de 1393) por Juan Tolomei, Ambrogio Piccolomini y Patrizio Patrizi, para ser ocupada por la Congregación Benedictina Olivetana.
Entrada a la Abadía |
Entre sus más antiguas funciones estaba la de hospedería dentro de la llamada "Via Francigena" que pasaba muy cerca de la abadía y era atravesada por los viajeros que no podían encontrar a veces un refugio y aquí encontraban un comedor e incluso la curación de enfermedades y la compra de medicamentos. El monasterio es un edificio medieval en ladrillo rojo, al que se llega por un puente levadizo y dominado por una enorme torre cuadrada con almenas y contrafuertes. Se terminó en 1526 pero tuvo una importante restauración en el siglo XIX.
Otra de las características de paz de Monte Oliveto es el canto gregoriano de los monjes, hasta al más ateo como yo se siente atraído por su relajación y espiritualidad. Este canto gregoriano se remonta a la Iglesia primitiva, al Papa San Gregorio Magno, en Monte Oliveto, como en muchos otros monasterios benedictinos, se utiliza este cántico en su totalidad de la misa.
Entrada al camino que dirige a la abadía. Arriba del arco de entrada se coloca una Virgen con el Niño rodeada por dos ángeles, que se atribuye al Della Robbia esculpida en loza de barro vidriado. |
Un camino largo e impresionante de cipreses nos avanza hacia la abadía, a lo largo de este camino se encuentra el jardín botánico de la antigua farmacia, que fue destruida en 1896, y un estanque de peces que data de 1533. Al final de la avenida se encuentra la torre campanario de estilo románico-gótico, y el ábside de la iglesia tiene una fachada también gótica. De una puerta a la derecha de la entrada de la iglesia lleva a la Gran Claustro.
El camino de entrada está situado en una colina en el dominio Crete Senesi dentro de un bosque de cipreses, robles y pinos. |
El claustro es de planta rectangular y fue construido entre 1426 y 1443. Tiene en su centro una estatua de mármol de San Benito. Las paredes de las cuatro salas de la planta baja están completamente pintados con frescos y es uno de los ejemplos más importantes de la pintura italiana del Renacimiento. Es quizás lo más impresionante de la abadía, además del lugar tan bucólico en la que se encuentra, los frescos del claustro: un importante conjunto de frescos - con las historias de San Benedicto - por Luca Signorelli y Giovanni Antonio Bazzi "il Sodoma". Fueron pintados entre el año 1497 y 1505. Signorelli fue el mismo pintor encargado de pintar la Catedral de Orvieto. Se dice que eran dos artistas completamente diferentes en carácter y en las obras; la austeridad de Signorelli en contraste con la vitalidad y el dinamismo de "Sodoma".
Además de frescos, hay algunas sillería impresionante y una biblioteca, ambas obras diseñada por Fra Giovanni da Verona, aunque construido como tal por el abad Francisco Ringhieri en 1515. La columnata construida en la biblioteca recuerda mucho a una de las columnas que se ven en uno de los frescos pintados por el pintor. Por un gran arco que se abre en la pared del fondo, con una escalera doble, se llega a la farmacia, del siglo XVII, con una rica colección de hierbas medicinales. La biblioteca del monasterio contiene 40.000 folletos, libros e incunables, pero no son las del equipo original, perdido después de la supresión de la Orden en 1809, sino que provienen del monasterio de Santa Maria di Monte Morcino Nuevo en Perugia. La biblioteca, conduce también al pequeño museo de la abadía, con pinturas pantallas y objetos litúrgicos (ver fotos arriba).
Están muy modernos en la abadía y ya tienen su propia página web |
Esta foto es de la web de la Abadía |
Comentarios
Muchos saludos.
Un abrazo.
Saludos!