Les enclos paroissiaux |
Yo, que no tengo nada de religioso, les puedo decir que una de las excursiones más impresionantes de Bretaña es la que nos lleva a visitar a les enclos paroissiaux (podemos traducirlos como recintos parroquiales). El punto culminante de la construcción de estos recintos es entre los siglos XVI y XVII. A menudo llamado arte popular o parroquial quizás de forma despectiva para apartarlo de los lejanos grandes centros urbanos, pero que es un arte muy arraigado en la cultura local y no por ello ajeno a las influencias externas. Se encuentra en el sur del distrito bretón de León y al norte de Cornwall (Finisterre). Todo en la vida tiene un origen materialista, y en este caso el boom de la construcción de estos edificios religiosos tiene que ver con un desarrollo muy importante del comercio marítimo internacional bretón, los puertos de todo el mundo eran frecuentados por buques mercantes bretones, tanto es así que en el siglo XVI y principios del XVII el breton era el idioma de los negocios casi tanto como el inglés ahora.
Esta señal nos indica los principales centros parroquiales más importantes |
Para el comercio del mar se necesitaban velas y cabos, por eso era muy utilizado el lino y el cáñamo que precisamente se cultivaban en estas regiones. Los ricos querían ser enterrados en suntuosos y decorados cementerios. Cada pueblo rivalizaba con su vecino por tener las más bellas edificaciones y esculturas, fuentes, sillas, cruces procesionales, incluso arcos y calvarios. Estas estatuas de pequeñas dimensiones estaban realizadas en kersantita, piedra abundante en Bretaña y fácil de trabajar en aquellos tiempos.
Puede observarse arriba la forma de los techos a modo de barco, que deriva de la relación de los bretones con el mar: con una especie de quilla sobre la que reposaban las cuadernas.
De esta contagiosa afición por construir se unen parroquias solitarias que apenas tienen un centenar de habitantes. El recinto de piedra que los rodeaba marcaba el límite entre el espacio profano y el sagrado, del que generalmente formaba parte el camposanto, el osario, la iglesia y el Via Crucis. Este muro perimetral marca el llamado témenos, en cuyos accesos, muchas veces en forma de puertas monumentales precedidas de escalinatas. Son como puertas en el camino al más allá, una conexión del mundo de los vivos con el de los muertos, tan propio de la cultura celta. Al lado de la iglesia, en lo que podría ser el atrio, solía estar el pequeño cementerio, con sus viejas tumbas de labradas lápidas de granito.
Resumiendo un poco, el recinto comprende por lo menos cinco de los siguientes ocho elementos: la iglesia; el osario; la capilla de las reliquias; el calvario; la pared o muro; el arco de triunfo o puerta de la victoria; el cementerio (con su puerta de la muerte) y la fuente.
En la foto de arriba se puede apreciar lo pequeño del cementerio (lo pequeña que es la comunidad) para la desproporcionada arquitectura religiosa, solo entendible por esa curiosa competición o exaltación del poderío económico de la parroquia rural. El osario recibía los huesos exhumados ya que el espacio disponible para nuevos entierros no era suficiente. El calvario trataba la Pasión de Cristo, vamos toda la historia sagrada que antes nos enseñaban en los colegios. Los temas representados en los santuarios solían ser los de la vida de Cristo (nacimiento, la infancia, la Pasión, la Resurrección), la muerte e iconos relacionados con la lucha contra la reforma que venía (Rosario, Sagrada Familia, Ángeles Guardianes), así como los santos venerados localmente (San Roque, San Sebastián, San Isidoro, ...).
Los conjuntos más importantes son los de St-Thégonnec, Guimiliau, Lampaul-Guimiliau, Pleyben, Commana, o Plougastel-Daoulas.
Nos recuerdan un poco los cruceiros gallegos y portugueses, esas cruces de piedra en las intersecciones de los caminos en las que en sus costados aparecían las efigies de Cristo y la Virgen María.
A medida que la competición de parroquias va a más en el lugar del crucero, se levanta todo un conjunto de cruces y figuras que forman un calvario. Algunos autores piensan que estos calvarios son una continuación artística de la vieja costumbre de levantar los menhires celtas que por miles se levantan en toda la región. Son auténticas biblias de piedra para los iletrados de la época, en ciertos casos más de doscientos. Arriba y abajo las fotos de los relieves de piedra, unos "cómics" bíblicos... esculpidos en piedra.
Creo sinceramente que quien no ha visto los admirables calvarios bretones, no ha visto Bretaña. Espero no os hayáis agotado con tantas fotos. Si tenéis interés en más datos podéis consultar estas páginas:
- Sculptures sacrees de Bretagne.
- Circuit des Enclos Paroissiaux de Bretagne.
- Vídeo de los recintos parroquiales.
- Wikipedia.
Comentarios
La belleza puede estar hasta en las cosas más horribles, ése es el poder del arte. Saludos de un ateo orgulloso de serlo.
De todas formas lo buscaré en las páginas que sugieres, pero te agradecería tu experto consejo.
Un saludo,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
Un saludo