No íbamos a Milán, íbamos a Verona, pero el aeropuerto elegido era Milano-Bérgamo, por lo que a la vuelta, como el vuelo era por la tarde noche, antes de devolver el coche de alquiler volvimos a Milán. Hacía tiempo que no visitaba la ciudad capital de la Lombardía, la segunda ciudad italiana después de Roma. Con el GPS a mano no hubo problemas para meternos casi con el coche en la catedral, muy cerquita aparcamos un domingo de mañana, tempranito y allí estábamos dando saltos ante la imponente catedral de Milán. Milán, Milano, es mucha ciudad para una mattina pero había que intentar ver al menos la catedral y su entorno. Milán está en la llamada llanura padana, una de las regiones más desarrolladas de Europa. Es cara y la parte moderna es como la de cualquiera de las grandes capitales económicas del mundo, incluido algún rascacielos. La historia de esta ciudad es impresionante, fundada por los celtas, por aquí pasaron los romanos quienes la llamaron Mediolanum (algo así como los de la tierra del medio, entre los Alpes y los Apeninos). Milán siempre fue una ciudad próspera por ser cruce de comunicaciones en la zona del Po. En el tercer y cuarto siglo de nuestra era la ciudad fue la capital del Imperio romano de Occidente, hasta que en el año 450 fue saqueada por los hunos.
Restos del pasado romano |
Nuestra visita se limitó al centro Histórico, a la Plaza del Duomo, las Portas Tenaglia y Sempione, el Arco della Pace, la Plaza della Repubblica, y las grandes avenidas del centro, el largo della Crocetta, la via della Guastalla, y las iglesias de Sant'Ambrogio y San Vittore, principalmente es la recomendación para como dice la entrada, ver una mañana Milán, que no es lo mismo que ver Milán en una mañana, cuestión esta harto difícil de realizar.
Plano donde estaba nuestro parking |
El Duomo di Milano es una de las catedrales góticas más impresionantes de toda Europa. mide ciento cincuenta metros de largo y puede llegar a ser ocupada por hasta cuarenta mil personas, tiene el récord de las ventanas mayores del coro tienen la reputación de ser las mayores del mundo.
Pero antes de entrar a ver la catedral conviene gozar del ambiente de la Plaza del Duomo, los edificios que rodean la gran explanada donde poder contemplar de lejos el templo pero también otros edificios que lo rodean, como la gran Galería comercial Victor Manuel. Los orígenes de esta plaza se remontan al año 1330, cuando Azzone ordenó la demolición de las tabernas que rodeaban las dos iglesias centrales de Milán en aquel momento, la Basilica di Santa Maria Maggiore y la Basilica de Santa Tecla, para crear una plaza del mercado, llamada Piazza dell'Arengo, ninguno de los edificios originales de la plaza han sobrevivido. En 1458 el Papa Pío II autorizó la construcción del Duomo y la demolición de Santa Tecla para crear una plaza mayor acorde con la majestuosidad del Duomo. Ya en la segunda mitad del siglo XVIII, se agregó el nuevo Palacio Real. Y en el siglo XIX, el arquitecto Giulio Beccaria fue contratado por Fernando I de Austria para rediseñar la plaza de nuevo, a ello se añadiría posteriormente, con la segunda Guerra de la Independencia de Italia la intención de crear una nueva avenida para festejar al Rey Víctor Manuel II. Se demolió un barrio entero, el "Rebecchino" y se adquirió la mayoría de sus monumentos modernos, incluida la Galería Víctor Manuel II, de la que hablaremos después.
Il Duomo di Milano
Cinco naves, una central y dos naves laterales por cada uno de los lados, cuarenta pilares,… son las dimensiones de esta catedral la que la hacen una de las más bellas de Italia. La nave central llega a alcanzar los 45 metros (sólo superada por la catedral de Beauvais por tres metros). La construcción es de ladrillo, recubierto de mármol de color rosa. Se puede visitar después de una larga cola y con un control de seguridad a la entrada, a propósito abstenerse de pantalones cortos o minifaldas para las mujeres, que no te dejan entrar.
En el interior hay una gran cantidad de monumentos y obras de arte: sarcófagos importantes de diferentes arzobispos o benefactores del templo para su construcción, como es el caso de Marco Carelli. Y esculturas o monumentos importantes obras de Leone Leoni, y especialmente la estatua de San Bartolomé de Marco da Agrate (abajo le hice una foto, es espectacular…).
Estatua de San Bartolomé |
Hay que dedicar su tiempo a los tres altares de Pellegrini.
El presbiterio es una tardía obra maestra del Renacimiento, alrededor del coro se encuentran las puertas de las dos sacristías, algunos frescos impresionantes y una estatua del Papa Martín V, obra de Jacopino da Tradate. En el pasillo izquierdo se puede ver el monumento a Arcimboldo, obra de Alessi, así como figuras de estilo románico que representan a los apóstoles en mármol rojo y el baptisterio neoclásico obra de Pellegrini.
En Wikipedia tenéis más información sobre la Catedral de Milán.
Galleria Vittorio Emanuele II
La Galleria Vittorio Emanuele II es un edificio con dos arcadas formando noventa grados y una extraordinaria bóveda de vidrio en octógono en un lateral de la plaza de la catedral y comunica con la Piazza della Scala con el teatro de su propio nombre. Los milaneses la llaman il salotto di Milano, el salón de Milán. Se diseñó en el año 1861 pero fue construida por Giuseppe Mengoni hasta cuatro años después, realmente no se terminó hasta 1877. Sigue el estilo de los grandes pasajes comerciales de mediados del XIX en las grandes capitales europeas aunque quizás esta sea un pasito más en la tendencia ya consolidada de los centros comerciales cerrados, dicen que el uso de la estructura de hierro inspiró a la mismísima Torre Eiffel, en París. Tiene cuatro pisos con tiendas de todos los tipos, desde delicatessen culinarias a carísimas joyas o vestidos de alta costura, restaurantes o cafeterías. Incluso un hotel de lujo, el Town House Galleria, con las habitaciones más caras de la ciudad.
Y de la Galería pasamos de la Catedral a la Plaza de la Scala...
Teatro alla Scala
La Scala de Milán, el lugar soñado por todos los artistas, quizás uno de los teatros de ópera más famosos de todo el mundo. San Ambrosio, el 7 de diciembre, que es el patrón de Milán, da el pistoletazo de salida de la temporada. Un incendio destruyó el primero de los teatros en 1776, después de una gala de carnaval. La emperatriz austriaca María Teresa I volvió a construir otro en el lugar donde estaba una iglesia llamada Santa Maria alla Scala, que fue la que dio su nombre al teatro y posteriormente a toda la plaza.
El edificio posee un museo al que se accede desde el foyer, con una colección de pinturas, bocetos, estatuas y otros documentos relacionados con la ópera.
Bueno, terminamos nuestra mattina continuando por los alrededores del centro de Milán entre grandes avenidas… Una comida rápida y ya de vuelta al aeropuerto que el viaje terminaba. Nos quedó en el tintero el Castello Sforzesco o la Iglesia de Santa Maria selle Grazie, con el Cenacolo Vinciano, en cuyo interior se encuentra el magnífico fresco de Leonardo da Vinci "La Última Cena". Pero no se puede tener todo en esta vida, hay que dejar además algo para una próxima ocasión ¡Hasta la próxima viajeros!
Comentarios
Un saludo
Carmen
Muchos saludos.