Torre del Palazzo dei Priori |
Tenía el blog un poco olvidado, y qué mejor que hablar de Italia y de vinos, una mezcla de sentidos. Tiraré de recuerdos, de la Toscana, de cuándo visitamos un pueblo maravilloso llamado Montalcino, encaramado, como veréis por mis fotos, en una bella colina y con el aspecto de todos esos pueblos medievales de la región. Porque uno de los vinos tintos más afamados de Italia, el Brunello, está enclavado ahí, en el corazón de la Toscana, entre Siena y Grosseto. Montalcino, ciudad etrusca del entorno de Siena, de la que formó parte desde 1260 hasta ser el último reducto de la República en 1559.
Montalcino tiene escasos cinco mil habitantes, y sigue relacionado con Siena, aunque ya esta no es una república independiente sino una simple capital de provincia a unos cuarenta kilómetros. Se encuentra en el territorio al NO del Monte Amiata, en la parte final de val de Orcia, sobre el límite administrativo con la provincia de Grosseto. Sobre el origen del nombre de Montalcino hay al menos dos hipótesis. Algunos creen que se deriva de Mons Lucinus tal como se menciona en un documento del año 814, en honor de la diosa Lucina o referencia a la palabra latina Lucus, que significa "bosque sagrado", o bien "pequeño bosque". Otra teoria es la que dice que deriva del nombre de Mons Ilcinus, del latín mons (montaña) y de ilex (encina). Con el pasar de los siglos, el nombre se ha transformado de Mons Lucinus o Mons Ilcinus a Mons Elcinus y posteriormente en la corriente Montalcino.
El vino protagonista de esta bella villa de la Toscana |
Montalcino es al Brunello, lo que Jerez al fino, Rioja al vino tinto, Dublin a una pinta de Guinness, o como ir a Escocia y no hacer la ruta de las destilerías. Es un vino tinto célebre desde hace seis siglos, aunque hay una fecha clave que es el año 1888, cuando Ferruccio Bondi Santi un vinatero de la zona se empeñó en comercializar un vino que era de consumo local y se vio recompensado por los honores de los grandes restaurantes italianos. La denominación del Brunello cuida a través del Consorzio del vino Brunello de Montalcino de que la producción mantenga esa calidad de cuanto menos, cinco años en barriles de roble. Puedes encontrar los Rosso di Montalcino, pero ya serán de menor categoría que los Brunello. Hay posibilidad de visitar bodegas, aunque nosotros preferimos patearnos la ciudad y luego saborearlo en un restaurante local.
... por todas partes venden Brunello de Montalcino |
La entrada al pueblo de Montalcino |
Como ciudad medieval, mantiene parte de sus primeras murallas construidas ya en el siglo XIII. La Fortezza (fortaleza), en la foto de abajo, se construyó en la cima de Montalcino en el año 1361, tiene forma de pentágono y fue diseñado arquitectos de Siena. Se puede ver como esta construcción aprovecha otras edificaciones a su alrededor como la tenencia de Santo Martini, la torre de San Giovanni y una antigua basílica que actualmente sirve como capilla del castillo.
La fortezza di Montalcino |
Esta foto de arriba no es mia: ©Type17
Vista desde lo alto de la colina de Montalcino |
La colina sobre la que se asienta Montalcino fue ya lugar privilegiados para los antiguos etruscos. En el año 814, ya se habla de una iglesia construida por monjes que estaban relacionados con la cercana abadía de Sant'Antimo. La población creció repentinamente a mediados del siglo X cuando la gente que huía de la cercana ciudad de Roselle decidió residir en la ciudad.
Realmente es una ciudad muy bella, merece mucho la pena, como tantas otras de la Toscana, de las que ya hemos hablado en este blog. En las fotos se puede apreciar lo empinado de las calles, algunas de ellas en forma de escalones para facilitar la subida por las empinadas cuestas.
La torre que daba inicio a esta entrada, se encuentra en el centro de la villa y es el Palazzo dei Priori (siglo XIII-XIV) que se puede ver desde diferentes puntos, a medida que vamos paseando por las calles de Montalcino. El Palacio preside la plaza principal, también llamada Plaza del Pueblo, Piazza del Popolo. A su lado il Cappellone, la logia porticada gótica del siglo XIV. Si continuamos por la Via Costa alcanzamos la Piazza Garibaldi, donde está la iglesia de base románica de San Egidio, pero reconvertida en estilo gótico.
Otro punto interesante es la iglesia de San Agostino, con su rosetón de mármol claro. Hay un Museo Cívico en el Convento de San Agostino, con piezas de la República de Siena, de autores como Ambrogio Lorenzetti, Girolamo de Benvenuto, Bartolo di Fredi o Sano di Pietro, además de numerosas esculturas de madera como el crucifijo de Giambologna. Hay una calle llamada de los españoles, Via Spagni donde está el Duomo, aunque rompe el estilo de la ciudad con un neoclásico relativamente moderno para lo que es Montalcino, sobre todo una ciudad medieval.
Es curioso que muy cerca de aquí, en el año 2007, en el pueblo de Poggio alle Mura, se encontraron los restos de fósiles de una ballena que había vivido en la zona hace la friolera de más de cuatro millones de años, durante el Plioceno. Es decir que nuestros afamados vinos Brunello de Montalcino han nacido donde hace mucho, muchos años, entraban las cálidas aguas del mar Tirreno que cubrían el área ocupada por los actuales viñedos. Y con esto les dejo, espero que si van por la Toscana se peguen un paseo por aquí y saboreen una copita de sus famosos caldos.
Espero les haya gustado, saludos viajeros, ¡hasta la próxima!
Ah... para comer elegimos "Il Grifo", que está situado en el corazón de la ciudad medieval con platos tradicionales de la Toscana, como la sopa ribollita y pasta hecha a mano con salsas caseras. Sin olvidar que si tienes mucha hambre le puedes hincar el diente al famoso filete a la florentina. Todo ello sin olvidarse de la pizza.
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