21 horas de carretera |
Como todos los primeros de Septiembre, hacemos un poco recuento o balance de lo que fue el verano del año. Este año tuvimos que forzar las vacaciones a cuestiones de trabajo. Una estancia en la Universidad de Bolonia determinaría los destinos de este, cada año más cálido, verano. Hemos vivido en Bolonia durante casi dos meses lo que nos ha permitido conocer bien la zona del triángulo de la Lombardía, el Véneto y sobre todo la Emilia-Romagna. Nos fuimos en nuestro coche (con parada en Montpellier), teníamos un apartamento con garaje que nos facilitó la movilidad por la zona.
Ha sido el verano de la "turismofobia", esta masificación la hemos vivido en algunas ciudades italianas: los turistas no queremos ser turistas pero lo somos y más tarde o temprano lo que nos gusta es visitar otros destinos. Esa ha sido la clave de este viaje, buscar en Italia aquellas ciudades de "segunda división" en lo que respecta a número de turistas. Hemos obviado Venecia, por ejemplo, después de visitar Pisa y ver lo que es una plaza abarrotada de turistas que no te dejan hacer ni una buena foto. Así, que hemos ido a esas ciudades más pequeñas como Ferrara, Ravena, Rimini, Padova, Modena,... y pequeños pueblecitos con encanto como Castell'Arquato, Vigoleno, Dozza, Brisighella,... y claro está ¡Bolonia! que nos ha fascinado, vivir aquí, "la Passeggiata" de las tardes (el método italiano de bajar peso), su gente, sus vinos, su famosa mortadela, sus torres, sus palacios, la cocina de Manuela en "La Traviata" y su Universidad que nos acogió con los brazos abiertos. En esta entrada haremos un simple resumen de los lugares visitados, un anticipo de otras entradas que con el transcurso del tiempo iremos desgranando...
Después de las conquistas de Belisario para el emperador Justiniano I en el siglo VI, Rávena se convirtió en sede del gobernador romano oriental de Italia, el Exarca, y fue conocido como el Exarcado de Rávena. Aquí se encuentran los mejores mosaicos bizantinos del mundo. Los monumentos paleocristianos de Rávena fueron declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 1996. Sin duda una de las grandes sorpresas del verano.
Una mediana ciudad que mantiene parte de su emplazamiento medieval del siglo XIV, cuando fue gobernada por la familia de los Este. Por la conservación del estilo y los materiales arquitectónicos en la zona del centro histórico, fue Ferrara declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1995.
Padua (en italiano Padova) ya es parte de la región del Véneto, a escasa media hora de Venecia. Compite con Bolonia por su prestigiosa Universidad, aunque lo que más llama la atención de los turistas es la Basílica de San Antonio de Padua, para mi lo más espectacular fue la Capilla de los Scrovegni.
Muy cerca de Bolonia, apenas media hora, es una ciudad mediana famosa por el vinagre y por se la patria de Pavaroti y de Ferrari. La catedral, la Torre Cívica Ghirlandina y la Piazza Grande de la ciudad también forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Sin duda una ciudad impresionante, marcada por la poligonal de murallas de las que aún quedan las puertas que marcan las orientaciones de la ciudad. Igualmente son sus torres, especialmente las due torri (Garisenda y Asinelli) las que marcan un especial skylight meideval. Aunque sobre todos sus encantos destaca el ser sede de las Universidades más antigua y prestigiosa de Europa, especialmente en el ámbito del Derecho.
La famosa torre inclinada y el conjunto de la célebre Piazza dei Miracoli, también forma parte del catálogo italiano del Patrimonio de la Humanidad. Desgraciadamente fue una ciudad a la que le cogimos un poco de manía por la excesiva presencia de turistas. Practicamente no se puede caminar con tanto pose y con tanto camarero intentando meterte en un restaurante.
Un pueblo pintado uno de los pueblos medievales más característicos de la provincia de Bolonia, tanto para el estado de conservación como por su paisaje de viñedos y colinas, a lo que hay que ponerle la guinda de este pueblo medieval, el estar coronado por el majestuoso castillo Sforza.
Una pequeña villa italiana de ocho mil habitantes en la provincia de Ravenna, que se encuentra en el valle inferior del Lamone las laderas de la llamada "Tosco-Romaña". El pueblo se caracteriza por tres pináculos rocosos, las "Tre Colli", sobre la que descansan la roca o castillo Manfredi (s. XIV), el santuario de Monticino (s. XVIII) y la torre del reloj, que se ve en la foto, reconstruida en el siglo XIX aunque su origen se remonta a un asentamiento defensivo existente desde nada menos que el siglo XII.
Aquí estuvimos al límite de la afluencia turística. De hecho nos gustó pero debido a lo estrecho de sus calles la densidad de los visitantes hace un poco agobiante visitar esta ciudad estado, una república independiente de la italiana, con su propia bandera y sus propios euros: la Serenissima Repubblica di San Marino. Es un enclave en la montaña, rodeado de territorio italiano por todas partes, una especie de isla, entre Emilia-Romaña y la región de las Marcas. Su Monte Titano, de poco más de setecientos metros, le hace tener unas vistas espectaculares. San Marino es muy fotogénica, pero para un ratito, no más. Está a solo 10 kilómetros del mar Adriático, pero no tiene salida al mar. Mejor irse a Rimini a comer, como hicimos nosotros.
Nos gustó mucho Rímini, aquí vinimos a comer, escapando del turismeo de San Marino. Se encuentra frente al mar Adriático, una típica localidad de estancia veraniega, donde los boloñeses corren todos los fines de semana a sus playas con los correspondientes atascos de sus autopistas. El desarrollo del turismo nacional viene del siglo XIX. Pero además también una importancia histórica: fue una colonia fundada por los romanos en el 268 a. C., de ello dan muestra el Arco de Augusto, o el Puente de Tiberio, como puede verse en la foto.
Es uno de esos sitios que vienen en las numerosas listas de "los pueblos más bellos de Italia". Castell'Arquato es uno, pero con vida, donde la gente hace su vida diaria, más allá de los turistas. Cinco mil habitantes más o menos que pertenecen a la provincia de Piacenza. Su lugar en lo alto de una colina del Valle d'Arda, le han valido ser un lugar inexpugnable y por tanto deseado desde que allí se instalaron los romanos con su castrum militare. Pero lo mejor es que el pueblo en su estructura medieval se ha conservado sin grandes agresiones. Hay una parte alta de la ciudad en torno a la Rocca Viscontea y la Colegiata de Santa María; y una parte baja a la orilla izquierda del río Arda.
Una maravilla, uno de esos pueblos medievales que se mantienen tal como eran en aquella época. Vigoleno no es ni si quiera un municipio sino un término de Vernasca, en la provincia de Piacenza. Se llega después de subir unas colinas llenas de viñedos. En Vigoleno se encuentra un castillo, bueno realmente el pueblo es el castillo. También forma parte de las ciudades más bellas de Italia. Ha llegado afortunadamente intacta en todas sus partes como un ejemplo de villa medieval fortificada de excepcional belleza. Está colocada en una pequeña montaña entre el valle de Ongina y el de Stirone. Desde alguna de sus terrazas, como la de algún pequeño restaurante, se disfruta de un bello paisaje de los valles y colinas circundantes.
Es un pueblecito pequeño cercano a Bolonia, a una media hora en coche. Su encanto es sencillo: su necrópolis etrusca, una de las mejores conservadas de Italia. Se complementa con un museo muy rudimentario, que requeriría de una importante renovación, aunque lo más importante son sin duda los restos de una ciudad etrusca del siglo V a.C. que algunos identifican como la antigua Misa y otros con Kainua. Al oeste las montañas, y al este y sur el río, conforman una agradable paseo. La acrópolis, estaba justo por debajo de la villa, donde se ven los cimientos de los templos.
Este fue el apartamento que alquilamos por airbnb.
A lo largo de este mes y posteriormente iremos desgranando algunos de estos sitios, empezando, claro está, por Bolonia, nuestra base de operaciones de este verano. Esperemos nos sigas aquí, en el blog,
¡Saludos viajeros!
Comentarios
Menudo pedazo de viaje del verano!! Y encima con la estancia en la universidad de Bolonia, tuvo que ser una gran experiencia!
Qué pasada eso de ir desde Cádiz a Bolonia en coche, además, nos da esperanzas para alguna vez poder ir en coche desde Madrid a Pisa, pensábamos que sería demasiado ;-)
De los pueblos y ciudades que mencionas yo solo conozco Pisa (y Bolonia muy superficialmente) :-( Tengo muchísimas ganas de conocer más toda esa zona... y de probar la gastronomía emiliana, que me dicen que es lo mejor! jeje
Un abrazo
Carmen