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La Ópera de París (Le Palais Garnier)

Escenario y palcos del Palacio Garnier


La «Ópera Nacional de París», como así se llama hoy en día la institución pública francesa cuya misión es implementar la representación de espectáculos líricos o de ballet artístico de alta calidad, está formada por dos teatros: el Palais Garnier y la L'Opéra Bastille (1989). El primero es el que realmente destaca mundialmente, sin desmerecer el nuevo y modernísimo espacio que se encuentra en la Plaza de la Bastilla. La Opéra Garnier o Palais Garnier es un teatro, además de una academia de música, coreografía y poesía lírica; es un elemento importante del patrimonio del distrito IX de París. El lugar donde se enclava se llama precisamente la Place de l'Opéra, en el extremo norte de la, también llamada, Avenue de l'Opéra. El Palacio puede ser visitado y, a pesar de las largas colas, pudimos hacer el recorrido en nuestro último viaje a París. Tiene categoría en Francia de monumento histórico desde el año 1923.

Lateral de acceso para la entrada a la visita
Fachada actual (2024), en proceso de restauración, es de 173 metros de largo, y se inspira de la columnata del museo del Louvre
Aquí una foto anterior ©Go Guides

La fachada es la parte más emblemática con un conjunto de elementos escultóricos alegóricos, como La Armonía, La Música Instrumental, El Idilio, La Cantata, El Canto, El Drama, El Baile y La Ópera. Los artes representados en la fachada son aquellos que se celebran en el interior del edificio.

El edificio destaca como un monumento singular de la segunda mitad del siglo XIX. Basado en un diseño del arquitecto Charles Garnier, de ahí su nombre, seleccionado tras un concurso. Su construcción, decidida por Napoleón III en el marco de las transformaciones de París lideradas por el prefecto Haussmann, aunque se interrumpieron por la guerra de 1870. La obra se reanudó al inicio de la Tercera República aceleradas tras la destrucción por un incendio de la ópera Le Peletier en 1873. Al final se inauguró el 5 de enero de 1875. Por cierto, el origen de la Ópera Garnier está vinculado con un drama anterior: un atentado contra el propio Napoleón III. El 14 de enero de 1858, el emperador y su esposa Eugenia se dirigían a la Ópera de la calle Le Peletier, mientras que el coche imperial aparcaba delante del teatro, se escucharon tres explosiones. El atentado, dirigido contra el emperador por el revolucionario italiano Felice Orsini, provocó la muerte de 12 personas y 150 heridos. Esta tragedia obligó a las autoridades a planificar la construcción de un nuevo Ópera en un lugar más seguro.

Foto antigua durante la construcción por Garnier del Palacio de la Ópera
©Atelier Delmaet & Durandelle 1866

Antes de que el edificio fuera finalizado, a Napoleón III sólo se le ocurrió derribar las casas anexas para construir una avenida que uniera la ópera con el Palacio de las Tullerías, las familias fueron expropiadas. Otra anécdota es que cuando se inauguró la Ópera ya no estaba el Emperador sino la República, y el arquitecto Garnier no fue invitado y tuvo que comprarse la entrada para poder asistir y la de su mujer. 

Para abrir boca os dejo las fotos que colgué en Instagram el mismo día de la visita...

  

Para Garnier, las escaleras constituían el verdadero corazón de su teatro, con 30 metros de altura. En los techos pintados hay figuras como Apolo, Orfeo y Olimpia. Están realizadas en mármol de varios colores. La decoración no sólo se limita a pinturas en el techo, también se puede admirar una gran araña de cristal con 340 luces.


Como puede verse en el vídeo de abajo, el Palacio Garnier es el decimotercer teatro que acoge la Ópera en París, desde su creación en 1669 por Louis XIV. En la Ópera Garnier se mezclan a la vez y en perfecta sintonía los estilos clásico, barroco y moderno.



El Palais Garnier está abierto todos los días de 10 a 17 horas, hay dos colas para entrar, una con la entrada previamente comprada por internet y otra para las personas sin el correspondiente ticket (15€, personas discapacitadas no pagan, ni su acompañante). Por motivos relacionados con la actividad del teatro, la sala de espectáculos está regularmente inaccesible a los visitantes y determinadas zonas de visita pueden estar cerradas.

La Ópera es sin duda una obra maestra de la arquitectura teatral del siglo XIX: el escenario "a la italiana" era en su época el más grande del mundo: 49 metros de ancho por 26 de profundidad y 72 de altura.
Marc Chagall evoca a los grandes compositores de ópera en un universo extraño.
Los 2.000 asientos disponibles son de terciopelo rojo

Para evitar cualquier riesgo de atentado, se realizó una entrada diferente para Napoleón III en el pabellón oeste, denominado pabellón del Emperador. En la actualidad, el pabellón alberga la Biblioteca-museo (agregada a la Biblioteca Nacional de Francia) que conserva 80.000 libros, 25.000 maquetas y los archivos de la Ópera.

La capacidad de los camerinos (538 plazas) refleja el gigantismo de las escenografías de la época. La Sala de Espectáculo es el corazón del teatro. El arquitecto Garnier la trazó en forma de herradura para satisfacer las exigencias de la acústica y la visión. El techo original, pintado en 1872 por Eugène Lenepveu, representaba El Triunfo de la Belleza. En 1960, a solicitud de André Malraux, ministro de Asuntos Culturales, fue reemplazado por el techo de Marc Chagall.

El lujo y la opulencia es evidente en todos los espacios de la Ópera Garnier. 



Trabajaron en su decoración 14 pintores y artesanos y 73 escultores. Las salas están ricamente decorados con pan de oro y preciosos mosaicos. Espero que estas fotografías le animen a visitarlas en su próxima visita a la capital francesa.

Desde el Palacio Garnier me despido hasta la próxima entrada


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