Ir al contenido principal

La Villa Ducal de Lerma

Colegiata de San Pedro, en la Plaza de San Pedro de Lerma

Los amantes del teatro del siglo de oro, recordarán la comedia La burgalesa de Lerma (1613), de Lope de Vega. Está basada, precisamente, en un hecho real, del que el propio Lope tuvo constancia porque fue partícipe de esas fiestas cortesanas a las que el rey Felipe III asistió en Lerma, por influencia de su valido Francisco de Sandoval y Rojas. En la Colegiata, foto de arriba, se pueden ver dos escudos que son de los Sandoval (banda negra sobre oro) y los Rojas (cinco estrellas). Según los cronistas de la época, en otoño de 1613 la comitiva real y media corte salió de Madrid y fue deteniéndose en diversas villas hasta terminar en Lerma. Lope de Vega, acompañaba como un cortesano más y fue testigo de excepción de aquellos bailes, torneos..., y de todo un poco para alegrarle la vida al monarca.

Mas si es común opinión,
que se templa divertido,
yo pienso, que no he venido
a Lerma en mala ocasión. 


La Colegiata fue inaugurada ese mismo años de 1613 por el importante arquitecto fray Alberto de la Madre de Dios, reconocido como el iniciador de las formas barrocas en Castilla, aunque no se consagró hasta cuatro años más tarde. El duque de Lerma, Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, consiguió que esta abadía dependiera directamente de Roma. Me hubiera gustado visitarla pero estaba cerrada.


Retrato ecuestre del duque de Lerma 

Hablar de la historia de Lerma es hablar del mecenazgo del duque de Lerma (arriba en el cuadro de Rubens), valido y favorito del rey Felipe III. La villa estuvo muy ligada al Valladolid cortesano del siglo XVII. De todas maneras, ya desde la Edad Media, su posición en la Cañada Real Burgalesa le dio un cierto protagonismo en la región castellana.


El entramado de la ciudad es típicamente medieval, aunque cuenta con numerosos edificios que componen un conjunto arquitectónico notable del estilo herreriano

Cuenta con varios monasterios o conventos de monjas de clausura. Destaca por su amplitud la plaza mayor, más de seis metros cuadrados, una de las más grandes de España. En esta plaza se encuentran dos monumentos importantes: el Palacio ducal y el monasterio de San Blas. Puedes subir en coche por una empinada cuesta y estrecha de un sólo sentido. Forma parte Lerma del selecto grupo de Los Pueblos Más Bonitos de España, de muchos de los cuales hemos dejado constancia en el blog.


Palacio Ducal, hoy parador de turismo

El palacio es inmenso, ocupa todo un lado de la plaza, y eso que la plaza mayor, como hemos dicho antes, es muy, pero que muy, grande. Desgraciadamente, durante la guerra civil española fue convertido en un penal. Aunque los palacios ducales sólo tenían dos torres, este tiene cuatro. El duque, muy astuto, preguntó al rey si podía poner dos torres en su palacio, omitiéndole la información de que eran dos torres más las que quería poner. El rey le concedió el permiso.


Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor o Convento de las Clarisas


Fue el primer convento de todos los existentes en Lerma y se debe a doña Mariana de Padilla, nuera del duque de Lerma, en el año 1604. Aquí fue bautizada una infanta, Margarita Francisca en 1610.


Convento de San Blas

Como toda la villa, este convento también es de la misma fecha, de 1613 y por el mismo célebre fraile arquitecto Alberto de la Madre de Dios, alberga a monjas dominicas.


Convento de Santa Teresa

En una de las calle que sale de la plaza ducal, la de la Audiencia, se levanta otra construcción del mismo fray Alberto (este hombre no paraba 😊 ). Estuvo ocupado por frailes carmelitas, pero hoy parte del claustro alberga al ayuntamiento y en los bajos está la Oficina de Turismo.


Monasterio de la Madre de Dios o Convento del Carmen

Es de las carmelitas descalzas, lo patrocinó el duque para su consuegra (😳). Lo ocuparon en 1610. La fachada, como puede verse en la foto, es bastante sobria.


Entre los conventos de Santa Teresa y Santa Clara está la plaza de Santa Clara, con vistas al río Arlanza
 En ella está la tumba del cura Merino, uno de los héroes de la Independencia 
Monumento a José Zorrilla, aquí se conserva la casa del poeta y dramaturgo

Y bueno, no se vayan sin comer una buena carne de la zona. Que en Castilla se come muy bien.
Hasta la próxima, viajeros !!


Comentarios