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Los palafitos de Castro

Palafitos de Castro desde el mirador de Gamboa 

Los palafitos de Castro, la capital de la isla grande y de la provincia de Chiloé, conforman uno de los conjuntos arquitectónicos más significativos de la peculiar arquitectura de los pobladores de estas islas, donde se fusiona un tipo de arquitectura mestiza en el devenir de los que aquí han vivido, desde los primitivos pueblos indígenas, los colonizadores españoles y los nuevos colonos que vinieron de diferentes nacionalidades. Igualmente el clima, lluvioso casi siempre, genera unos bosques donde la madera abunda y proporciona la materia prima para su construcción.

Imagen actual (2024) de los palafitos
Imagen antigua de los palafitos del archivo fotográfico de Enrique Mora Ferraz (1889-1958)

Antes de hablar de los famosos palafitos chilotas, tendríamos que hacer referencia a la relación de las comunidades indígenas con la madera, con las tablas con las que construyen sus casas, incluso como materia para sus esculturas. Históricamente han sido expertos en trabajar los recursos de sus bosques, siempre verde de Chiloé, y de la amplia variedad de árboles existentes en el archipiélago.


Bosques de los parques nacionales de Chiloé y Hornopirén.

La arquitectura chilota, tan peculiar, se remonta a los pueblos prehispánicos, a los huilliches o veliches y a los chonos. Sin embargo, los estilos arquitectónicos de los españoles dieron lugar a una arquitectura mestiza.

La arquitectura mestiza chilota

Las casas tradicionales de los pueblos se caracterizaban por un frente y un solar que se consideraba bodega, la cocina-fogón (que sigue siendo el centro de la vida chilota), los chiqueros, gallineros, su huerta y un patio. El fogón se usaba no solo para cocinar, también de granero y ahumador o para reducir la humedad al trigo.

Museo "El Fogón" (Parque Nacional de Chiloé), donde se simula la estructura tradicional

Con el tiempo se han perfeccionado las casas con el uso de los cepillos, las machihembradoras, las sierras y otras herramientas. El techado y tinglado en tejuela corta de alerce permite una mayor impermeabilidad, aunque hoy en día el alerce es una especie protegida y solo se puede cortar con autorización gubernamental. El otro gran cambio fue la incorporación de la estufa a leña, traída a comienzos del siglo XX por los viajeros patagónicos, generalmente de origen inglés. Ya en el siglo XXI las nuevas construcciones y palafitos en Chiloé han incorporado otras maderas procesadas industrialmente y revestimientos de otros materiales (metal, fibrocemento o PVC).

Abajo se aprecia la estructura de tejas de diferentes formas geométricas de las casas chilotas.


Los palafitos

La palabra palafito deriva del italiano palafitta (palos hincados). En la desembocadura del río Sarno, en la zona portuaria de Pompeya ya había palafitos. Este tipo de construcciones se empezaron a popularizar en los pueblos de Chiloé a fines del siglo XIX, cuando comenzaron a arribar campesinos a la capital que no tenían otro espacio para construir. Eran las viviendas más baratas que podían conseguir. El auge de la industria salmonera generó también un déficit habitacional en las islas. Por eso los palafitos estuvieron relacionados en principio con las clases más populares, estas casas sobre pilotes en el borde del mar, tenían gratuidad, por ser terreno fiscal. Los terrenos de playa fueron ocupados ilegalmente o por sesión de concesiones, tal como es hoy en día. A ello hay que añadir los problemas higiénicos, las basuras o la contaminación del agua y la falta de alcantarillado. La falta de título de propiedad crea indefensión entre vecinos y establecimientos hosteleros ya que según la legislación chilena las playas son fiscales y ningún particular puede ser dueño de terrenos que se hallen por debajo de la línea de las mareas más altas. A pesar de esto, se han realizado compraventas de las viviendas.


Pero, dentro del patrimonio arquitectónico y cultural de Chiloé, estos palafitos, por supuesto de madera y construidos sobre el nivel del mar, son un referente histórico; eran incluso más antiguos de cuando se popularizaron, porque ya existieron en la época colonial, sobre mediados del siglo XVIII, aunque en la actualidad muchos, por no decir que la mayor parte de los palafitos son “modernos”, ya que el terremoto de 1960 hundió la isla 60 centímetros.

Fundamentalmente están en la actual capital, en Castro, aunque también en la pequeña isla chilota de Mechuque (estos no los pude visitar). Para los pilotes se ha utilizado tradicionalmente la madera de luma o el ciprés de las Guaitecas. En las vigas maestras y vigas de piso, las maderas rojas como el coigüe, el tenío o el tepú. Tenemos que pensar que en un clima tan lluvioso es siempre necesario construir contra la humedad. El piso solía ser madera de tepa o mañío.

En esta foto se aprecian bien los pilotes que sostienen los palafitos

Los palafitos de Castro se concentran hoy en la zona de Pedro Montt y su continuidad en Lillo, así como en el barrio de Gamboa. El conjunto de calle Lillo surge por el auge portuario (la autoridad portuaria aún permanece ahí). La existencia de rutas de vapores genera junto a palafitos modestos, otros de mayor porte ligados al comercio. El sector Pedro Montt siempre fue humilde y marginal, aunque hoy estén en el “insertados” hoteles para turistas, como en el que nos alojamos nosotros. En 1920 el censo había quinientas personas viviendo en estos palafitos. Sin embargo una orden del gobierno, diez años después ordena la erradicación por las condiciones higiénicas de estas zonas, a ello hay que añadir el incendio del año 1936 que destruyó por completo estas edificaciones.

Fotos de Robert Gerstmann (sobre 1930) - Archivo fotográfico de la Universidad Católica del Norte 

A pesar de los decretos, los incendios, terremotos y tsunamis, el visitante a Castro puede comprobar que siguen existiendo los palafitos, en el caso de Gamboa hay un parque mirador desde el que se pueden obtener bellas fotografías, a veces con agua en pleamar o sin ella en bajamar; los sectores de Lillo y Pedro Montt se pueden ver desde el mar, hay algunos botes que hacen este recorrido para los turistas. Los actuales palafitos, como los antiguos, tienen dos frentes, uno hacia la calle y otro hacia el mar. En el palafito hotel que estuvimos veíamos además como desde que la terraza se amarran las pequeñas embarcaciones. En el primer piso se acostumbra a construir el salón y la cocina y en el segundo los dormitorios.

Restaurante Octavio sobre palafito en el sector de Lillo


Arriba: palafitos del sector de Gamboa.

En estas fotos los palafitos del sector Pedro Montt

Tiradura

Una “tiradura” de casa es el traslado de un lugar a otro, que se realiza tanto por tierra como por mar. Eso lleva consigo un acto de solidaridad de la comunidad, todos se unen para ayudar a esa familia, es la minga, en la cual los vecinos colaboran y la familia que se mueve organiza una comida. Todo se convierte en una fiesta.

Aquí se puede apreciar cómo toda la comunidad se involucra en la tiradura
Tiradura por tierra: fotos de archivo de la tiradura de la Iglesia de Tey en 1999 - Libro Chiloé siglo XX - Fotografías de ©Ricardo Muñoz Carreño
Tiradura por mar: foto de Pedro Bárcena - Archivo fotográfico La Estrella de Chiloé

Espero que, al menos, te haya parecido curioso. Tus comentarios serán bien recibidos.
Hasta la próxima entrada, saludos viajeros !!

Puedes consultar también la entrada 👉 Diario del Viaje a la Patagonia Verde


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola, Paco. ¡Ostras! Es alucinante. Tanto bosque y por esa razón tanta matería prima. Utilizan los recursos que tienen. Eso es muy inteligente. Contaminan menos, seguro. Estas construcciones, los palafitos, son dignas de conocer.
Saludos
CarmeLa