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Siracusa, la patria de Arquímedes

Siracusa, una de las ciudades más importantes del mundo clásico


Fue la capital de Sicilia durante siglos. Arquímedes nació aquí y murió durante el sitio de esa misma ciudad por los romanos. Situada en la costa sureste de la isla, Siracusa tiene una historia milenaria, fue una de las mayores metrópolis de la época clásica incluso, en algún momento, más que Atenas. Aquí aún resuenan los ecos de la civilización helénica, mientras al norte se alza al norte el cono volcánico del Etna.

Arquímedes


Arquímedes nació en Siracusa (287-212  a.C.). Los soldados, cuando la invasión romana, tenían orden de no matarlo por sus conocimientos que podían ser utilizado para la república, sin embargo parece que a alguno se le fue la mano y se quedaron sin la sapientia del célebre físico siciliano (cuadro de arriba, de Thomas Degeorge). Su fama se debe al famoso principio de Arquímedes o al tornillo que lleva su nombre, pero además de ser un buen físico, ejerció de ingeniero, astrónomo y matemático. Se conoce como griego porque en esa época todo el sur de Italia, y especialmente Sicilia, era la Magna Grecia. Sus avances más significativos lo fueron en hidrostática y estática, como la explicación del principio de la palanca. También usó su inteligencia para la guerra, diseñando nuevas armas de asedio. Calculó el área bajo el arco de una parábola con el sumatorio de una serie infinita, y se aproximó bastante al número π. ​Las pocas copias de trabajos escritos de Arquímedes fueron utilizadas durante el Renacimiento. Uno de los descubrimientos más interesantes de los trabajos del genio lo fueron a principios del siglo XX: el «Palimpsesto de Arquímedes» es un manuscrito medieval en pergamino que actualmente contiene 174 folios con siete tratados de Arquímedes; este libro de oraciones se completó en abril de 1229, casi con certeza en Constantinopla (👉 Biografía de Arquímedes).

Siracusa, un poco de su Historia

La zona estuvo habitada, sin interrupción, a partir del Neolítico. El topónimo Siracusa tiene origen incierto. Incluso, durante la dominación española, la ciudad fue rebautizas, quizás por parecido nombre, como Zaragoza, así se puede comprobar en el algunos mapas. Se asocia al término sículo, vinculado al agua, por todos los ríos presentes en la cuenca de la zona. Los sículos era un pueblo que los griegos encontraron cuando llegaron a la isla en 756 a.C. De hecho antes de la invasión griega ya hubo relaciones comerciales entre estos pueblos indígenas y los griegos. Homero en la Odisea señala varios pasajes que los historiadores piensan que pueden contener referencias implícitas a Siracusa. Por ello hay quienes defienden que ya existiera una Siracusa prehistórica en la época del gran poeta. Sin embargo, la constancia del nombre viene dada por las primeras monedas con la inscripción Siracusa en el siglo VI a.C. 

La Siracusa griega fue fundada según la mitología griega por Arquias. Fue la segunda colonia griega establecida en la isla después de Naxos. Aquí los corintios fundaron o refundaron la colonia que ya existía. Aquí estuvieron célebres helenos como  Esquilo, Píndaro, Íbico, Jenofonte o el mismísimo Platón.

La época romana comenzó con la conquista de la ciudad y la capitulación por el cónsul Marco Claudio Marcelo. Sus riquezas fueron saqueadas y transportadas a Roma. La ciudad fue designada capital de la Sicilia romana y hasta allí llegó Cicerón en el siglo I a.C. que la describió como la ciudad griega más bella y más grande. El emperador Augusto envió una colonia de ciudadanos romanos su repoblación. 

Fue también la capital del Imperio bizantino bajo el reinado de Constante II, hasta que llegaron los árabes en el siglo IX, con el consiguiente declive en favor de Palermo. Luego fue normanda, española y en la época contemporánea fue muy importante para la invasión de Italia por parte de las tropas americanas.

Parque Arqueológico de Siracusa

Señalización a la entrada del parque arqueológico (👉 web)
Uno de los altares griegos más grandes del mundo, del siglo III a.C.


Después de Palermo, Catania y Messina es la ciudad actual más grande de Sicilia. La ciudad se extiende entre una parte, aislada, la isla de Ortigia y otra en tierra firme. Es una de las ciudades más visitadas, por su riqueza arqueológica de Sicilia y de Italia en general. Y allí me fui desde Taormina, multitud de atascos, suele ser lo normal en Sicilia, y después de más de dos horas (para escasos cien kilómetros), llegué a  Siracusa. La idea era primero visitar el parque arqueológico della Neapolis, con el espectacular teatro griego y el anfiteatro romano, además de la famosa «oreja de Dionisio». El primer problema fue aparcar, había toda una fila de coches en la misma carretera, un verdadero caos, no hay suficiente parking para tanto turista. No muy lejos del parque, se encuentra el Museo Arqueológico Regional Paolo Orsi (pero no puedo hablar de él porque no lo visité).

El teatro griego

Teatro griego de Siracusa


El precioso teatro griego de Siracusa, orientado hacia el mar, tiene su origen en la ampliación que Hierón II mandó realizar, en el siglo III a.C., de un teatro anterior que data del siglo V a.C. También tuvo un uso cívico, como asambleas del pueblo. Está excavado en roca de la colina Temenita. La cávea tenía sesenta y siete escalones, divididos en ocho escaleras. Con el tiempo fue transformado por los romanos. Luego sufrió el abandono de civilizaciones posteriores, mandado a destruir, parcialmente, en 1526, por Carlos I para usar los mármoles para los nuevos edificios que se iban a construir en la isla de Ortigia. Desde principios del siglo XX se llevan a cabo entre mayo y junio, representaciones teatrales.

La latomía y la oreja de Dionisio

Latomía es una palabra que yo desconocía pero que está compuesta de lâs (piedra) y tomíai (tallar)

Eran usadas tanto como canteras como cárceles. En la época de la expedición a Sicilia de los atenienses, las latomías se convirtieron en el lugar en el que fueron encarcelados miles de prisioneros atenienses. Frío en invierno y abrasador en verano, estar preso en las latomías equivalía a una sentencia de muerte: los dejaban morir de hambre y de penurias, sin posibilidad de escapar.


Las canteras, que en su momento fueron cuevas oscuras, quedaron expuestas tras los diversos colapsos provocados por los terremotos; y dentro del área arqueológica, está la latomía del Paradiso, un grupo de canteras donde todos los turistas paramos para ver la llamada oreja de Dionisio, por su forma característica similar al órgano auditivo humano. Con ese nombre, «L'Orecchio di Dionisio» la bautizó Caravaggio durante su estancia en Siracusa por parecerse a una oreja de asno y de Dionisio porque el tirano Dionisio fue el que hizo cavar la cueva donde encerraba a los prisioneros hasta morir. Está excavada en la caliza, con una altura de más de veinte metros y una anchura de entre cinco y once metros, extendiéndose por sesenta y cinco metros de profundidad, en forma de «S» lo que proporciona un efecto acústico al amplificar cualquier sonido.

Otras de las esculturas que adornan el parque, también entre las cuevas de la latomía

El anfiteatro romano

Es el tercer anfiteatro más grande en Italia, después del Coliseo y la Arena de Verona
Construido probablemente en la época imperial, tiene forma elíptica

El Anfiteatro romano de Siracusa (el primero cuando se entra en el parque), es uno de los edificios más representativos de la primera época imperial romana. Fue utilizado entre los siglos I y III de nuestra era. Tenía ciento cuarenta metros de largo y ciento diecinueve de ancho. Tiene dos entradas, con un complejo sistema de escaleras que descienden desde el nivel superior situado en el exterior. La arena estaba dotada, en el centro, de una gran sala rectangular, originalmente cubierta, conectada por un pasaje subterráneo al extremo sur del monumento para la maquinaria utilizada durante los espectáculos. La cavea está rodeada por un alto podio que rodea la arena, detrás del cual discurre un corredor cubierto con aberturas para el acceso a la arena de los gladiadores y las fieras. Más arriba se muestran los reservados para personas de alto rango. Grabadas en la piedra todavía se notan las inscripciones que indicaban los propietarios de los asientos. 


Los accesos están situados en los extremos del eje mayor
Todo el parque arqueológico está decorado con reproducciones o estatuas modernas
Una gran exposición escultórica al aire libre de Igor Mitoraj coincidió con nuestra visita
Esta exposición estará abierta hasta el 31 octubre 2025: 27 obras monumentales


Superada esta parte de Siracusa, me fui al centro histórico, que se encuentra en una isla, la isla Ortigia, comunicada con el resto de la ciudad por dos puentes. Ortigia viene del griego antiguo: Ὀρτυγία y significa codorniz (ὄρτυξ, ortyx). Fue la sede original de la ciudad.

La isla de Ortigia, «la roca»

Esta vez tuve mejor suerte y pude encontrar sitio en un parking cerca del puerto deportivo
Comenzamos desde ahí, el periplo por la ciudad...


Entramos a la isla Ortigia por el arco de Largo Marina.



Desde ahí, todo está más cerca, la plaza de la catedral es un poco el centro donde, además del Duomo (antiguo templo dedicado a Atenea), hay diferentes palacios y la Iglesia de Santa Lucia alla Badia.


Durante el reinado de Diocleciano, el 13 de diciembre de 304, tuvo lugar el martirio de Lucía de Siracusa (Santa Lucía). La iglesia de Santa Lucia alla Badia está situada en la Piazza Duomo y dedicada a la santa patrona de Siracusa. Originalmente fue sede de un monasterio del siglo XV aunque completamente destruida por el terremoto de 1693. Fue reconstruida por las monjas cistercienses.

Durante el Renacimiento, Siracusa estuvo dominada por los españoles y fue sede de la Cámara Real hasta 1537. De la época renacentista datan numerosos edificios civiles y religiosos, parcialmente destruidos por los terremotos que vinieron después (1542 y 1693), algunos sobreviven en forma de algunos palacios y algunas iglesias. La creación de la Cámara de la Reina en Siracusa representó un momento de gran desarrollo para la ciudad, tanto demográfica como culturalmente, y permitió el florecimiento de una intensa actividad edilicia urbana y residencial, de la que queda recuerdo hasta nuestros días.

Piazza Duomo

Entrada dedicada a la 👉 Catedral de Siracusa

Pasear por el laberinto de callejuelas que caracteriza el centro histórico de la isla de Ortigia, después del bullicio de «turismeo» del parque arqueológico, es una maravilla. El terremoto de 1693, que asoló Sicilia, también sentó las bases para el florecimiento de la arquitectura barroca tardía en el siglo XVIII. La arquitectura del Barroco tardío incorporó lo mejor de épocas anteriores con el nuevo estilo gracias a la capacidad económica y política del clero y las familias aristocráticas locales. Sus espectaculares fachadas se convirtieron en el símbolo de la riqueza, el lujo, la magnificencia y la erudición de la sociedad siracusa del siglo XVIII. El recuerdo de la civilización griega sigue estando presente en la isla Ortigia, como los restos de los templos de Apolo y Atenea, este último incorporado a la Catedral.

Postal antigua de Piazza Duomo — Fuente: ©Instituto Central de Catalogación y Documentación


La Piazza Duomo, en la parte alta de la isla de Ortigia, es la plaza más importante de Siracusa, no sólo por la catedral sino porque ella representa el símbolo de la reconstrucción barroca y rococó tras el terremoto de 1693. Considerada desde la antigüedad como el lugar sagrado de la ciudad, del que ya hablamos en este blog cuando hicimos referencia a la catedral (👉 ver aquí), también alberga otros edificios civiles y religiosos. A la derecha de la catedral se encuentra el Palacio Arzobispal, construido en 1618 por el arquitecto Andrea Vermexio y remodelado varias veces en los siglos XVIII y XIX, hasta asumir su aspecto neoclásico actual. En el interior del Palacio se encuentra una capilla, que alberga el Tesoro de la Catedral, que formaba parte de una estructura arquitectónica preexistente de la época sueva, con bóvedas de crucería que recuerdan a las del Castillo de Maniace. A la derecha del Palacio se encuentra el antiguo Monasterio y la Iglesia de Santa Lucia alla Badia que, con su elegante y pintoresca fachada de estilo barroco y rococó, cierra la zona de la Plaza hacia Via Pompeo Picherali.

Palacio del Ayuntamiento de Siracusa

A la izquierda de la Catedral se encuentra el Palacio Senatorial, sede del Ayuntamiento. El edificio fue encargado por el gobierno de la ciudad al arquitecto Andrea Vermexio (de quien toma el nombre de Palazzo Vermexio) en 1629-33, para sustituir la antigua sede de la Cámara Real de Siracusa. Se caracteriza por el rigor geométrico y la linealidad volumétrica, de estilo neoclásico, combinado con un rico aparato decorativo, que recuerda rasgos estilísticos barrocos. En el lado opuesto de la plaza, frente a la catedral, se suceden una serie de antiguas residencias privadas, respetando la forma curvilínea de la plaza. Entre estos destacan el Palazzo Gaetani, el Palazzo Beneventano del Bosco, considerado uno de los palacios nobiliarios más bellos de Siracusa, reconstruido en 1778 por el arquitecto Luciano Alì sobre un anterior palacio del siglo XV, destruido en el terremoto de 1693. Junto a él, el Palazzo Arezzo della Targia y el bello Palazzo Borgia del Casale, que cierra la plaza cerca de Via Picherali y destaca por su elegante fachada decorada en estilo barroco y rococó que crea un diálogo estilístico con la adyacente Iglesia de Santa Lucia alla Badia (foto más arriba). La presencia, en el mismo espacio urbano, de los edificios civiles y religiosos más importantes de la ciudad, en primer lugar la Catedral y el Ayuntamiento, indica la perfecta armonía entre el poder civil y religioso en la sociedad siracusana del pasado y del presente.


Además de los monumentales edificios barrocos, como la catedral, las iglesias, los palacios nobles y otros edificios de la Piazza Duomo, hay otras calles importantes como Via della Maestranza y el Lungomare d'Ortigia.


Fontana di Diana

Luego, cerca de la Fontana di Diana, en la Piazza Archimede, encontramos una trattoría muy típica, donde el dueño comía sus spaghetti con su camiseta blanca de tirantes al mejor estilo feliniano.

Templo de Apolo


Para finalizar la visita del día, fuimos a ver el Templo de Apolo, dedicado al dios del sol, un templo dórico del que quedan algunas columnas. Y de nuevo a la carretera, nos fuimos a Caltagirone (otro Patrimonio de la UNESCO), la base que iba a ser durante los próximos tres días en Sicilia.

Te recomiendo este documento para entender el barroco de Siracusa y de todo el Valle de Noto (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) y que puedes descargártelo 👉 aquí en PDF

Puedes seguir con más entradas de 👉 Sicilia

Espero les haya gustado este periplo por la patria del gran Arquímedes, aquí lo dejo con el romano que lo mató, tiene cara de malo, no le debían gustar las matemáticas 😂 — Grabado de Gustave Curtois


¡Hasta la próxima viajeros!


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola, Paco. ¡Maravillosa Siracusa!.

Interesante iniciativa la de exponer obras escultóricas al aire libre. Forman parte de ese paisaje mediterráneo.

Me ha impresionado mucho las canteras. Yo tampoco conocía la palabra "latomía". Me imagino el cruel sufrimiento de los que estuvieron allí encarcelados, pero ahora pasado el tiempo, los años, los siglos, son un espectacular monumento pétreo.
Saludos
CarmeLa